La luz de la Navidad

Desde Mi Ventana Óptica

Alejandro Almánzar

Especial/Caribbean Digital

NUEVA YORK./ Después de iniciado el cristianismo, gran parte del mundo, celebra el nacimiento de Jesús, hijo de José, carpintero, y María, una noble mujer, cuyo nacimiento se produjo en fecha ignorada hasta el momento, en un Pesebre, de la ciudad palestina, Belén.

Alejandro Almánzar. Archivo.

Historia que los exegetas han convertido en un novelesco episodio, para de esta forma manipular a la humanidad a través de la religión. A partir del año 200, de la presente época, se comienza a celebrar el nacimiento del hombre que en defensa de los más sanos intereses de la humanidad, fue llevado al suplicio de la crucifixión.

En el año 350, el Papa, Julio Sexto, pidió que su nacimiento se celebrara el 25 de Diciembre, y desde entonces, el mundo católico toma esta fecha para recordar la venida a la tierra de Jesús-Cristo. La palabra “Cristo”, proviene del griego Cristox, que significa, el ungido, el puro, cualidad espiritual, que posee todo hijo de Dios.

Desde ahí comienza mal la historia que por siglos nos han vendido, cuando se quiere presentar a Jesús como el hijo “único” de Dios. Él fue ejecutado por decir la verdad, esa, que al decir de sí mismo, al conocerla, nos haría libre, y en busca de esa verdad, fuera de todo prejuicio religioso, ese mismo Cristo que late en nuestro interior, nos impulsa a decir estas cosas, aunque ante los intereses de quienes han vivido de la religión, puede resultar inamisible.

De tal modo, que como por sus frutos os conoceréis, de acuerdo a como hayáis vivido, podrás hacer lo mismo que el maestro Jesús, y esta fue una de sus mas reiteradas promesas a sus fieles, “todo lo que yo, he hecho, lo haréis vosotros y cosas mayores aún”. Él desarrolló su Cristo interior, y pudo sobreponerse a las adversidades que impone lo humano.

Siguiendo sus pasos, e imitándole, no tengas duda, de que también usted puede ser Juancristo, Pedrocristo, manuelcristo, Maríacristo, Andreacristo Anacristo, y en fin, todos somos portadores de ese don divino, sin importar que el nacimiento de este gran hombre, lo hayan usado para dar riendas sueltas al paganismo.

Solemos hacernos interrogantes, que pocas respuestas encuentran en un mundo manipulado reencarnación tras reencarnación, por filósofos comprometidos con esos intereses místicos. Ocultando con sus predicas la verdad de la vida, y el poder que lleva dentro el individuo, y que sus limitaciones sólo se las impone la creencia en ese falso Dios, que ellos proyectan.

La Navidad no puede ser época para el derroche de la energía divina, debería ser motivos para arrojar más luz sobre la tierra, para que los humanos encuentren más sentido a eso que llamamos vida, que no es otra cosa, que el mismo Dios.

Esta fiesta surtiría mejores resultados, cuando el hombre y la mujer encuentren la puerta de la libertad, esa que los conduzca a encontrar la luz de la verdad. Muchas felicidades para todos y un venturoso año 2012.

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