JOSÉ ALFREDO ESPINAL
SANTIAGO. – La tensión se produjo mientras funcionarios municipales y dirigentes peledeístas denunciaban atropellos y persecución política, frente a los organismos de seguridad que montaron un perímetro imaginario.
Un hombre arrestado, improperios por parte de los defensores del alcalde y un clamor del fiscal titular de Santiago, José Francisco Núñez ante la embestida de la multitud.
“Dónde está mi seguridad que no la veo”, afirmaba el funcionario del Ministerio Público ante la presión de los manifestantes. El fiscal ordenó el arresto de un ciudadano que lo desacreditaba de manera alterada a sus espaldas mientras ofrecía declaraciones. No lo manifestó, pero el funcionario parece que en algún momento sintió temor por su vida.
Todo esto formaba parte de las escenas vividas en la mañana de este viernes durante el allanamiento “por error”, en la casa política del alcalde de Santiago, Abel Martínez.
Todo resultó muy extraño. El fiscal Núñez aclaró que el allanamiento producido junto a la DNCD no vinculaba al ejecutivo municipal, pero durante las requisas se incautaron las armas de fuego de la seguridad del local que ocupa rentado el edil desde hace 15 años.
Según la orden del juez, la casa que las autoridades debieron allanar era la número 50, ubicada en la calle 2 del sector Paraíso, pero en cambio, la requisa se produjo en la propiedad número 52, donde el alcalde opera su equipo de campaña desde hace 15 años.
En la requisa las autoridades buscaban a Carlos Edelmiro Rosó Peña, de 48 años y Amílcar Rafael Candelario, de 46, por armas de fuego ilegales y bienes ilícitos provenientes supuestamente del narcotráfico, pero al parecer se trató de un “error involuntario” de dirección que el ejecutivo municipal calificó como un atropello abusivo sin límites.
La casa política del alcalde está ubicada en el sector El Paraíso, en la zona norte de este municipio.