José Alfredo Espinal
SANTIAGO.- El presidente dominicano Luis Abinader pronunció un discurso de 27 minutos la noche del pasado jueves. El hombre habló y lo hizo bien claro para despejar cualquier duda.
Se comprometió con su nación de que no habrán nuevos impuestos. Explicó la manera de cómo lo logrará el Gobierno y que hará todo el esfuerzo que sea necesario para palear la crisis económica heredada de la pasada administración y que con el coronavirus se profundizó más.
No vaciló en culpar al PLD de haber instaurado en el país la corrupción y la impunidad y volvió a reiterar que el Ministerio Público tiene “luz verde” para accionar, pero que lo haga en el tiempo prudente, “porque la idea no es crear un circo”.
El mandatario también se refirió a la debilidad o negligencia de la Cámara de Cuentas para auditar las instituciones públicas en la pasada gestión y en la presente administración. Consideró que lo mejor es que sus miembros renuncien.
El jefe de Estado y de gobierno también reiteró que no permitirá actos de corrupción. Advirtió que no tolerará un solo caso.
En definitiva, el mandatario dominicano habló como el pueblo quería. Ahora solo falta que esas palabras pasen a los hechos. De discursos e historias ya estamos curados. La sociedad dominicana está a a la espera de ese cambio.
-Que así sea…