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MELBOURNE, Australia, (AFP).- Dolorido y cojo la semana pasada, Novak Djokovic renació en octavos de final del Abierto de Australia con un tenis magistral, que despertó halagos pero también polémica sobre la lesión del astro serbio.
«Hoy no sentí ningún dolor», dijo en inglés «Nole» el lunes por la noche, tras haber aplastado con un 6-2, 6-1, 6-2 al australiano Álex de Miñaur, él mismo impactado por el juego practicado del serbio.
«Lo que viví hoy es probablemente un Novak muy cerca de su mejor versión. Para mí, si este es el nivel, creo que se va a llevar definitivamente el título», afirmó el australiano.
Claramente limitado por su muslo izquierdo contra el desconocido francés Enzo Couacaud y frente al experimentado búlgaro Grigor Dimitrov, nadie esperaba ver a un Djokovic tan suelto físicamente, ni tan rápidamente.
«El plan era hacerlo correr (…) No he sacado muchas alegrías de eso», dijo De Miñaur.
«Todo el mundo ha visto qué ha pasado estas dos últimas semanas. No hemos hablado más que de eso (de la pierna izquierda de Djokovic, ndlr). Hoy estaba contra él en la cancha y, o no juego suficientemente bien para aprovechar esta debilidad, o… estaba bien para mí. Simplemente estaba demasiado fuerte en todos los aspectos», agregó.
Dudas
La contundente victoria provocó una ola de escepticismo en redes sociales y en los medios. Y, de rebote, el enfado de Djokovic.
En 2021, se lesionó en tercera ronda ante el estadounidense Taylor Fritz y parecía que tendría que abandonar. Pero finalmente superó el partido y, tras indicar que había sufrido un desgarro en el abdominal, disputó el resto de encuentros con un aparatoso emplasto adhesivo en la barriga.
Su victoria final generó dudas sobre la veracidad de la lesión.
Este año, un gran vendaje rodea su muslo izquierdo, pero él rechaza desvelar cuál es la lesión. Y esta aplastante victoria volvió a provocar dudas.
Políticamente correcto ante la prensa extranjera, Djokovic se soltó en serbio con los medios de su país.
«Dejo que la gente que duda lo haga. ¡Que continúe dudando!», dijo el «Djoker» en declaraciones recogidas por la cadena de televisión serbia B92.
«Pero es interesante que se dude solo de mi lesión. Cuando es otro el que está lesionado, es una víctima. Cuando soy yo, soy el jugador que finge», añadió.
Sin nombrarlo, podía ser una alusión al español Rafael Nadal, con lesiones en el pie y el abdominal en los últimos años, que fue celebrado como un héroe al ganar en Melbourne hace un año, precisamente en ausencia de un Djokovic deportado de Australia por no estar vacunado contra el coronavirus.
En esta misma edición, el español fue alabado por no querer abandonar su partido de segunda ronda a pesar de apenas poder correr por una lesión en la cadera.
«Las máscaras caerán»
En Twitter, Taylor Fritz dijo que un 80% de los jugadores «siempre lidian con algo, todos están un poco machacados siempre» y «los medios solo se centran en los jugadores top, porque sus asuntos atraen más atención».
«Además algunos jugadores son más abiertos con sus lesiones que otros. No creo que nadie finja lesiones, pienso que a veces los jugadores exageran la gravedad de la lesión porque les quita presión», añadió, subrayando que no se refería a ningún caso en particular.
«No tengo la sensación de tener que demostrar nada a nadie. Tengo las pruebas de hace dos años y de este año, tanto la resonancia como la ecografía», dijo Djokovic, que se plantea «hacerlas públicas».
Criticado el año pasado también por no haberse vacunado, aprovechó la rueda de prensa para zanjar algunas cuentas pendientes.
«Muchas máscaras van a caer. Sobre todo las máscaras de los dos últimos años, de situaciones creadas por la pandemia. Me interesa de verdad saber qué nos reserva el futuro, y no solamente en el deporte«, lanzó algo críptico.
En el plano deportivo, aseguró que la «costumbre» le ha hecho capaz de transformar en motivación todas estas críticas. Y es que, para disgusto suyo, el astro serbio para muchos es el «chico malo» del trío de leyendas con Roger Federer y Nadal.