José Alfredo Espinal
Santiago.- La ministra de Interior y Política, Faride Raful, ha tomado su cargo muy en serio y ha puesto el dedo en la yaga con un tema tan delicado e intocable como la contaminación sonica que tanto afecta en el país.
La funcionaria no está actuando por capricho ni para buscar llamar la atención, sino que está cumpliendo con la ley y con su responsabilidad.
Con su accionar, Faride Raful afecta intereses y se gana la mala voluntad de mucha gente que por años se ha beneficiado del desorden.
Raful, junto al director de la Policía Nacional, mayor general Ramón Antonio Guzmán Peralta, y el director del programa Control de Bebidas Alcohólicas (COBA), Fermin Domínguez, sostuvieron un encuentro con representantes de la industria del entretenimiento, incluyendo musicólogos, propietarios de bares, discotecas y dueños de auto adornos, para escuchar sus inquietudes al respecto.
La contaminación sónica y la seguridad fueron los temas fundamentales que trataron.
En el diálogo, la ministra Faride Raful dejó claro que «la paz y la tranquilidad de la población no son negociables», e instó a los ciudadanos a denunciar cualquier situación que altere el orden público.
Si analizamos un poco y vemos el fondo del accionar de la ministra Raful, deberíamos todos a unanimidad apoyar a la funcionaria por el bien del país.
Aplaudimos el trabajo de Raful y ojalá que su plan no se trate de simples operativos.