José Alfredo Espinal
Santiago. -Uno de los problemas que parece no tener solución en la República Dominicana es el tránsito.
Cada día es peor conducir por nuestras vías públicas mientras vemos menos posibilidades de respuesta por parte de nuestras autoridades.
Se insiste en la educación vial ciudadana para ir cambiando patrones del manejo temerario. Pero en lo particular, creo que si no se agrega el régimen de consecuencia ante la infracción no se lograría el resultado esperado.
Me parece que combinar la educación con la sanción al infractor, a parte de otros mecanismos que se implementen para tales fines, llevaría algo de paz en el tránsito vehicular.
Son miles de vidas que continúan perdiéndose por la imprudencia de los choferes en las calles, avenidas y autopistas dominicanas.
No manejo estadísticas al respecto y dudo que exista en el país, pero debido a los casos que se presentan a diario, las muertes por accidentes de tránsito superan con gran margen las registradas por el Covid-19, el dengue o cualquier otra enfermedad.
No hay educación vial y tampoco se cumple con la ley de tránsito.
Ciudadanos violan la ley por ignorancia y otros lo hacen abusando de su poder económico, político y social.
Un seguro representa la licencia para matar a cualquier persona en las vías dominicanas. Mientras ese sea el concepto la gente seguirá como “chivos sin ley”.