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Un pistolero provocó un tiroteo en un centro comercial de Boulder, Colorado y, como resultado, 10 personas murieron, entre ellos un oficial de la policía. El sospechoso fue herido y se encuentra bajo custodia.
Por ahora solo se conoce el nombre de uno de los fallecidos: el agente Eric Talley, de 51 años y miembro de la policía local desde 2010. El agente fue el primero en llegar al supermercado y en responder al pistolero.
Maris Herold, jefa de la policía de Boulder, dio a Talley trato de héroe. «Mi corazón está con todos las victimas de este incidente y estoy agradecida con la respuesta de todos los funcionarios», recalcó.
El fiscal general Dougherty garantizó que el peso de la justicia recaerá sobre el presunto autor. «Estas personas disfrutaban de su día, estaban haciendo compras y de repente, trágicamente, vieron segada sus vidas por este pistolero ahora en custodia», precisó.
En uno de los varios vídeos de la jornada se observa a un hombre con el torso desnudo. Aparece ensangrentado. Lo llevan escoltado y esposado. Ese era el detenido, que anoche era atendido en el hospital de las heridas sufridas. Todo apunta que se entregó, tras tirar su fusil. A pesar de no querer entrar en detalles, el agente Kerry Yamagushi aseguró que “la amenaza ha sido neutralizada”.
Ni los responsables policiales ni de la fiscalía respondieron a las cuestiones sobre la motivación. Uno de los asuntos de la investigación se centra en la posible relación del detenido con ese centro comercial, si actuó por algún tipo de venganza o contra alguien en particular.
Este lamentable hecho ocurre una semana después de los ochos difuntos en la matanza de los spas de Atlanta y demuestra una vez más que Estados Unidos no es capaz de afrontar la pandemia de la violencia armada.
(Con información de La Vanguardia)