José Alfredo Espinal
Santiago, República Dominicana. El poder es pasajero y en algún momento se cierra ese capítulo de la vida. En la política, incluso, ese poder resulta ser más efímero.
Por eso, el triunfo del Partido Revolucionario Moderno (PRM) y aliados debe servir para recordar y no olvidar que en la vida todo pasa. Si alguien lo duda, que echen una miradita hacia atrás y vean hoy como se desangra el otrora todo poderoso Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
Mucha gente del PRM, incluyendo el propio presidente de la República, sabe disfrutar del poder y sufrir con las derrotas.
El triunfo electoral del PRM y sus aliados en las pasadas elecciones municipales no es más que un voto de confianza que el pueblo dominicano le ha otorgado al Gobierno, al presidente Abinader y a la dirigencia perremeísta en todo el país.
Pero esa confianza, sin embargo, no es totalmente gratis. Tampoco será eterna.
Las autoridades que gobiernan y las recién electas saben el compromiso que tienen con su pueblo. Saben que el pueblo quita y el pueblo pone.
La población podrá equivocarse, pero no es del todo tonta.
En el 2020 el PLD hizo de todo para retener el poder y no pudo. Tenía todos los poderes y aun así perdió las elecciones presidenciales y la mayoría de los ayuntamientos.
Ahora ha cambiado el panorama. El PRM tiene el control de casi todos los ayuntamientos del país y es casi seguro que después del 19 de mayo también retenga el Poder Ejecutivo y aumente su poder en el Congreso Nacional.
¿Significa todo ese poder una garantía eterna para que el PRM mantenga el control del Gobierno central y los gobiernos municipales?
La respuesta a la interrogante está en el resultado de las elecciones del año 2020.
A nuestro juicio, lo que garantiza la permanencia en el poder, cualquiera que sea, es la entrega, el trabajo incansable y la humildad que puedan tener quienes nos gobiernan. Pero sobre todo, que el pueblo sea el gran beneficiado y no los particulares como a veces ocurre.
¿Los particulares?
Bueno, esa es otra pregunta que tiene su respuesta en las operaciones anticorrupción que lleva a cabo el Ministerio Público.
Ya es más fácil responder preguntas que antes resultaban imposible.