Por Manuel Rosario
Especial/Caribbean Digital
Hemos culpado a nuestros políticos y grandes empresarios de todo los males que nos aquejan en nuestra sociedad. Nos quejamos de la delincuencia, la corrupción y la impunidad estableciendo la responsabilidad de todos nuestros males en nuestra clase política. Sin embargo, si analizamos detenidamente y realizamos un examen de conciencia más exhaustivo, creo que llegaremos a la conclusión de que todos, o la mayoría de nosotros, la gente común y corriente, somos cómplices de muchos de los males que hoy nos aquejan.
- Somos cómplices de los atracos que se realizan diariamente al comprar celulares, televisores, computadoras y cualquier otro producto a personas que obviamente lo obtienen a través del robo.
- Somos cómplices de la corrupción a votar por candidatos envueltos en negocios dudosos o que están muy relacionados con gente reconocida por los negocios ilícitos y/o los problemas con la ley.
- Somos cómplices de los embarazos de nuestras adolescentes al “vender” a nuestras hijas a viejos asquerosos.
- Somos cómplices de los feminicidios al inculcarle a nuestras compatriotas la estúpida idea de que debe “soportar los maltratos de sus esposos porque eso es lo que una buena esposa debe hacer”. Al no reportar a la policía los golpes que el vecino le da a su esposa.
- Somos cómplices de los sacerdotes pederastas al querer tapar el sol con un dedo y no denunciar a las autoridades competentes los actos dudosos del presbítero.
- Somos cómplices del bullying en las escuelas al no supervisar a nuestros hijos y no imponerles disciplina en el hogar. Al no enseñarles a ser humildes.
- Somos cómplices de tener tantos inadaptados y jóvenes cometiendo actos terroristas o delincuenciales, pues no queremos reconocer cuando nuestros niños necesitan seguimiento de profesionales de la conducta.
- Somos cómplices de la mala imagen que los dominicanos están generando en los Estados Unidos al mantener un sistema de falsificación de documentos que permite que muchas personas con antecedentes penales puedan viajar con pasaporte y visado falso.
- Somos cómplices de tener tantos vagos cuyo ocio genera las más diabólicas ideas, resultando en violaciones sexuales, uso de drogas, incesto, etcétera, pues no hemos motivado el trabajo y la responsabilidad en nuestros jóvenes sino que le hemos dado todos los gustos a nuestro alcance (y más allá) con la idea de darles una vida mejor que la que tuvimos nosotros.
- Somos cómplices de la alta tasa de muerte por accidentes viales al conducir a exceso de velocidad y de manera temeraria.
- Somos cómplices de la ignorancia de nuestro pueblo pues no leemos libros que nos instruyan ni motivamos la lectura en nuestros hijos.
Como dice la canción del rey del Pop, Michael Jackson, “Man in the mirror”: “Si quieres hacer del mundo un mejor lugar, mírate a ti mismo y cambia”.
Dios los siga bendiciendo.