Sin duda alguna

Por JUAN T H

Especial/Caribbean Digital

SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Cada vez menos ciudadanos dudan que Hipólito sea el candidato presidencial del PRD.

Juan TH.

No sólo lo dicen las encuestas de las más prestigiosas firmas nacionales e internacionales, lo dice la gente de viva voz en las ciudades y campos donde llega el ex presidente Mejía. El entusiasmo es desbordante. La consigna ¡Llegó Papá! se convirtió en un sentimiento nacional de fe y esperanza.

La figura de Hipólito se ha colocado, en términos de aceptación y popularidad,  por encima del PRD.  Gente con partido y sin partido quiere que nuevamente sea Presidente de la República.  No es sólo la gente que simpatiza por el PRD la que votará en la Convención para que Hipólito sea el candidato, lo hará gente sin partido, que al fin y al cabo es mayoría.

No hay dudas de que Hipólito ganará la Convención, amplia y libremente, para convertirse en el candidato presidencial de la unidad del PRD. ¡Y casi seguro, próximo Presidente de la República!

Lo dije antes y lo digo ahora con más fe y con más fuerza: Miguel Vargas está derrotado. Lo prueba el hecho de que se ha colocado a la defensiva en los últimos meses cambiando la estrategia por la táctica y la táctica por la estrategia lo que ha impedido un mensaje definido y claro en la campaña.  Su descenso ha sido estrepitoso fruto de los errores continuos. Ha llevado al PRD a dos derrotas consecutivas dejándolo sin un solo senador. Se convirtió en presidente del PRD y candidato sin importarle los estatutos ni las disposiciones del partido. Formó “el Nuevo PRD” que sustituyó la figura de Peña Gómez por la suya, las siglas del partido por las de MVP. Apagó el Jacho y anuló los estatutos para convertir el PRD en una empresa. Firmó un pacto con Leonel Fernández sin tener categoría orgánica y sin el consentimiento de los organismos que habían calificado al gobierno de “legal, pero ilegitimo”. Impuso dirigentes casi a la fuerza. Patrocinó un fraude electoral contra un hijo de Peña Gómez y un hijo de Maximiliano Gómez, El Moreno.  Atropelló a cientos de dirigentes reservándose más del 70% de las candidaturas congresuales y municipales. Hizo aprobar la nueva Constitución, atrasada, mediante una Asamblea Revisora cuando el partido aprobó que se hiciera a través de una Constituyente. Se opuso al aborto y ordenó legislar a favor de la Barry Gold. Actuó durante más de un año como socio del gobierno, no como opositor. Con todas esas indefiniciones, con todos esos errores, era lógico que se desplomara. Y para colmo se rodeó de un grupo que en su mayoría no es buena consejera. Y como elemento final, debo decir que Miguel no es buen candidato. Su carácter, que le es inherente, más su formación profesional y política, no lo ayudan.

La campaña, en unos casos negativa, en otros casos sucia, contra Hipólito, lejos de hacerle bien, le hizo mal a Miguel. Sin saberlo y sin quererlo,  convirtió a Hipólito en una víctima. La gente siempre  tiende a solidarizarse con el que estima  más débil. (No olvidemos que David derrotó a Goliat) La actitud agresiva y despiadada contra de Hipólito, lejos de mostrar fortaleza, probaba debilidad y miedo frente a un hombre que apenas tenía un 4%.

Publicar encuestas viejas luego de haberlas manipulado, falsear datos, hacer acusaciones sin fundamento, es sinónimo de derrota. Miguel parece buscar una excusa para justificar su debacle. Ahora dice que su gente del gobierno, con la que hizo pactos y acuerdos, le ha dado la espalda para apoyar a Hipólito. Amenaza a la gente para que no vaya a las urnas durante la Convención después que aprobó un padrón semi-abierto. Las firmas encuestadoras que antes eran buenas y válidas, ahora son malas y falsas.

Todos esos elementos explican, de algún modo, el derrumbe estrepitoso de Miguel.  ¡Y su derrota!

Pero que no cunda el pánico, Hipólito será el candidato presidencial del PRD, es decir, de todos los perredeístas incluyendo a Miguel Vargas. Su actitud no será vengativa ni de retaliación. Hipólito ha probado que no anida odios ni rencores contra sus adversarios. Hipólito sabe que para llevar otra vez al PRD al poder necesita unir al PRD. ¡Y lo hará!