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AGENCIA AFP.- Calles desoladas, negocios cerrados y el centro de Quito militarizado. Un Ecuador sumido en «estado de guerra» enfrentó este miércoles por tercer día al poder del narco bajo un clima de pánico y hartazgo.
«(Hoy siento) un poco de rabia, temor fue ayer», dice a la AFP Fernando Escobar, dueño de una cafetería en la capital ecuatoriana.
Desde el domingo las numerosas bandas criminales y narcotraficantes han exhibido su fuerza en represalia por los planes del presidente Daniel Noboa de doblegarlos con mano de hierro: más de un centenar de policías y personal penitenciario retenido por presos, agresiones a periodistas y un sinnúmero de ataques armados que han dejado 14 muertos.
«Estamos en un estado de guerra y no podemos ceder ante estos grupos terroristas», dijo el mandatario a radio Canela, tras declarar el martes a la nación en «conflicto armado interno«.
Decenas de militares custodian la sede presidencial en el centro de Quito, mientras en el norte el parque de La Carolina, uno de los más grandes de la ciudad de casi tres millones de habitantes, está vacío sin sus habituales deportistas.