Santiago, la capital del Cibao y su clamor por una sede para la Policía Nacional

JOSÉ ALFREDO ESPINAL

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SANTIAGO.- Los sectores productivos de esta ciudad han librado grandes luchas para conseguir algunas conquistas.

Con mucho esfuerzo y sacrificio la ciudad Corazón ya puede exhibir, entre otras cosas, un parque central, un jardín botánico, y un edificio del Sistema Nacional de Atención a Emergencias y Seguridad -9-1-1.

 Pero Santiago, la más importante provincia del Cibao; una metrópoli que, aún con sus luchas constantes por continuar con el ritmo de desarrollo económico y bienestar social, su clamor no ha sido lo suficiente para ser tomada en cuenta para dignificar a la Policía Nacional, brazo ejecutor en el combate al delito y mejorar la seguridad ciudadana.

La construcción de un edificio sede de la Policía Nacional en esta ciudad sigue en el limbo. Desde hace seis años la institución del orden ha tenido que maniobrar en un local provisional que luce deprimente, por falta de espacios y sin las condiciones necesarias para brindar servicios a la población.

En este local, donde hombres y mujeres convergen con los ciudadanos en busca de servicios, no hay condiciones para trabajar; carece de espacios en las oficinas y cuando llueve se producen inundaciones en algunas áreas. Es un desastre y constituye una vergüenza para los santiagueros que tanto aportan al Producto Interno Bruto.

Las pasadas autoridades prometieron construir un edificio de cinco niveles para la sede de la institución del orden en esta ciudad, sin embargo, la obra no ha dado señales para el inicio. Con la instalación del general Eduardo Alberto Then, como director del Comando Cibao Central, ya son varios los oficiales de mando que conviven en ese “chiquero”.

En el local, ubicado en la avenida Bartolo Colón, justo en medio del Parque Central y el edificio del 9-1-1, se encuentran las oficinas del director de la Policía y de los fiscales adscritos a la institución, así como los departamentos de la Inspectoría General, Homicidios y el Dicam, entre otros.

La Asociación Para el Desarrollo de Santiago (Apedi), que es vecina de la deplorable sede policial y la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico, en su momento, han mostrado preocupación por la situación y esperan respuesta, pero lamentablemente “ha sido eterna”.

En Santiago se comenta que la Policía Nacional no solo es humillada por los bajos salarios que devengan, sino por las condiciones infrahumanas con las que deben convivir con sus semejantes, obligados a mantener el silencio y comprometido a garantizar la seguridad ciudadana en medio de incertidumbre de vida.