Santiago Cantón: "En 2015, seis mil llamadas por violencia de género no fueron atendidas por falta de operadoras"

Crédito:

-Durante años, el kirchnerismo se erigió como el gobierno de los DDHH y como prueba de ello puso sobre el tapete los juicios a los militares dejando de lado otros problemas ¿qué opina de esto?

-En Argentina, a raíz del 83 y de los gobiernos que siguieron avanzando en el tema de los juicios a los militares (con excepción de Menem), la realidad de nuestro contexto llevó a que el tema derechos humanos se vincule principalmente a juicios de lesa humanidad, a cárceles y a tortura; cuando en el mundo es mucho más, como el derecho a los indígenas, afrodescencientes, etcétera. La no discriminación es una parte esencial de los derechos humanos. Hay una realidad en Argentina sobre los derechos humanos que tenemos que cambiar porque la politización y la visión reducida que hubo no ayuda a la sociedad y se pierde la posibilidad de defender un montón de derechos con derechos, no solamente con un activismo.

-Desde el inicio de la democracia hubo más de 4 mil casos de gatillo fácil. ¿Cuál es la relación entre gatillo fácil y la situación de las fuerzas de seguridad?

-Uno de los principales desafíos que tenemos es lograr que las fuerzas de seguridad se abran y sean más transparentes porque uno de los problemas más importantes es el del gatillo fácil. Hay falta de control sobre las policías. Hay que trabajar en capacitar a los policías en relación a los derechos humanos. La policía no conoce el trato mínimo que tiene que tener con las personas en distintas circunstancias. Muchos casos de gatillo fácil suceden porque los policías no saben los protocolos.

-¿Qué posibilidades hay de resolver, en un tiempo corto, la situación de las cárceles?

-Hace unos días la Comisión Interamericana de Derechos Humanos otorgó una medida cautelar contra el gobierno de Argentina por la situación en las comisarías de la Provincia de Buenos Aires. Esa medida la tenemos con situaciones en las cárceles no solo en Buenos Aires sino en otras provincias como Mendoza. Desde hace años el Estado no ha hecho nada y en la Provincia lo único que ha hecho es llenar las cárceles de gente sin estar en condiciones de atender a esas personas y la situación solo se está agravando. Hay que invertir más en cárceles, en lograr que los que salgan estén capacitados para reintegrarse en la sociedad. Esto no se resuelve de un día para el otro, pero si no se empieza vamos a tener serios problemas. Lo único que se logra con la mano dura es hipotecar nuestro futuro.

-¿Qué opina de las medidas que se tomaron para luchar contra la violencia de género?

– El tema de femicidio creo que es uno de los más graves de América Latina y es un caso muy claro de discriminación. En 2013, en la Provincia se declaró una ley de emergencia de género. En 2015, dentro de esa ley de emergencia, hubo aproximadamente 20 mil llamadas a los números de emergencia. Seis mil llamadas no fueron atendidas porque no había operadoras para contestar el teléfono y eso se hizo en el contexto de una ley de emergencia. Esa cifra resume lo que pasó con el tema de los derechos humanos en los últimos años.

-¿Cómo debiera intervenir el Estado en los casos de migración vinculados a trabajo esclavo?

-Uno de los grandes problemas que tenemos es la falta de estadísticas. En cuanto a los inmigrantes no se sabe cuántas personas hay. No están documentados ni tampoco cuentan con el apoyo del Estado en cuanto a capacitación. Es un tema que está presente pero nadie quiso meterse y tenemos la obligación de hacerlo.

-En los últimos años se habló del negocio de los derechos humanos a partir del apoyo de algunas organizaciones al kirchnerismo, ¿cómo se sale de esta situación?

-Siempre he sostenido que el motor principal en la defensa de los derechos humanos en el mundo ha sido la sociedad civil. En Argentina la sociedad civil (las Madres, Abuelas de Plaza de Mayo, H.I.J.O.S., CELS) tuvo un rol elemental para que los temas centrales tuvieran solución. Tuvieron un rol fundamental para que los temas de lesa humanidad se mantengan en la agenda y se encuentren soluciones. Sin perjuicio de eso, creo que en los últimos 12 años se politizó mucho este tema y muchas organizaciones de la sociedad civil cayeron dentro de ella. Los derechos humanos no son una bandera política. Cuando se hace lo contrario, estás poniendo una idea sobre un derecho. Ese rol tiene que cambiar y va a llevar tiempo.

Fuente de noticia