Robos y asaltos investigados, pero sin resultados

Por: Ramón Antonio Veras

Explicación

1.- Por decisión personal y convicción ideológica, solamente escribimos para el público, sobre asuntos que contribuyen al desarrollo de la lucha social, porque es la única que hace posible la modificación de un sistema injusto.

2.- El tema que vamos a exponer, aunque está relacionado con nuestra persona, sirve para comprobar el estado de inseguridad de vida y de bienes, que de manera sistémica lesiona a toda la sociedad humana dominicana.

I.- Robar, un vicio del sistema

3.- Apoderarse de lo ajeno, la acción y resultado de robar, es un fenómeno inherente al sistema que sirve de base al ordenamiento económico vigente en nuestro país.

4.- El robo, que se lleva a cabo como delito común en horas del día o de la noche, en domicilios, comercios y en la vía pública, no difiere, en esencia, de la sustracción de los recursos del erario.

5.- Apoderarse con maña y cautela de cosas de poco valor, lo mismo que de altas sumas millonarias en dinero, son vicios sociales que se van a mantener en el medio social dominicano mientras persista el statu quo.

6.- Toda persona física, nacional o extranjera, que vive en la República Dominicana, debe estar mentalmente acondicionada para saber que de un momento a otro puede ser privada de lo que es suyo y sin espera de regreso.

7.- Aunque al pueblo dominicano no se lo hacen saber, es bueno que tenga conocimiento de que estamos viviendo desprotegidos, sin resguardo. El desamparo es la norma, y el amparo la excepción, lo inusual.

8.- Porque las dominicanas y los dominicanos, de a pie, deben acostumbrarse a creer en las realidades y no en las ficciones, en un yo lo vi y no en un millón de me dijeron, les vamos a narrar lo que nos ha ocurrido que prueba la inseguridad y el robo como fenómenos unidos al sistema.

II.- Ocho (8) robos en nuestro hogar y dos (2) en la oficina

9.- Desde el día 1 de mayo de 1980, hasta el domingo 22 de mayo de 1994, nuestro hogar fue objeto de ocho (8) visitas diurnas y nocturnas, hechas por ladrones que cargaron con prendas de vestir, adornos de metal precioso de gran valor económico y sentimental; armas de fuego y una alta cantidad de dinero en billetes nacionales y extranjeros.

10.- Aunque los robos en nuestro domicilio siempre fueron investigados por miembros de la Policía Nacional, ninguno fue descubierto y todo quedó en el campo de la esperanza, en la ilusión que siempre concluyó en la desesperanza.

11.- Los robos en nuestra casa familiar y sin ver materializados los propósitos de saber quiénes violaron la tranquilidad e intimidad del hogar, han continuado en contra nuestra y sin restitución de ninguna clase.

12.- El pasado año 2021, y más recientemente el día viernes 8 de julio de 2022, nuestra oficina de abogados ha sido violentada, en horas de la noche, y los violadores, luego de romper puertas para entrar, han sustraído equipos de oficinas y documentos.

13.- En las dos ocasiones que nuestro despacho de abogado ha sido saqueado, han comparecido agentes de la policía regular y científica, pero nada que nos satisface o convence hemos obtenido.

14.- Procede destacar que, además de los ocho (8) robos en nuestro domicilio familiar y dos (2) en la oficina de abogados, nuestra asistente personal ha sido objeto de tres (3) atracos, entre el pasado y el presente año.

15.- En el último asalto de que fue víctima nuestra secretaria, el día 25 de junio de 2021, en su bolso llevaba documentos y equipos tecnológicos de suma importancia para nuestra labor profesional.

III.- Cero resultados de las investigaciones

16.- Aunque al frente y cerca de nuestro estudio profesional está instalada una cámara del 911, ninguna imagen ha sido captada, según nos ha informado el cuerpo policial que ha investigado las acciones delincuenciales en contra nuestra.

17.- Al igual que en los robos efectuados en nuestra casa y oficina, y los asaltos a la asistente, ha intervenido la Policía Nacional, pero los resultados han sido fracasos absolutos.

18.- Si tuviéramos la formación ideológica para creer en el encadenamiento de sucesos con carácter fortuito, pensaríamos en casualidades, o sea en la mala suerte.

19.- Porque de las investigaciones efectuadas por la Policía Nacional, con relación a los robos en nuestra casa y oficina, y de los asaltos a la secretaria, no hemos recibido informaciones positivas, tenemos más que justos motivos para dar riendas sueltas a nuestra limitada inteligencia, y deducir que alrededor de los hechos se han movido otros fines que no son simplemente afectarnos mediante los robos.

20.- En la continuidad de robos en nuestra residencia y oficina, y los asaltos a la asistente, hay concurso de concurrencias y circunstancias, con la agravante de que no se han puesto al descubierto los reiterados citados actos delincuenciales.

21.- Los ladrones, en contra nuestra y los asaltantes a la asistente, han quedado resguardados por la impunidad, y las víctimas de los despojos a la espera de lo que no ha tenido respuesta.  Se ha impuesto el flagrante ladronismo.

22.- La falta de castigo, la real inmunidad y el total perdón, han servido de compañía a los que han robado en ocho (8) ocasiones en nuestro hogar, dos veces en la oficina de abogados, y a los tres (3) atracos a la secretaria del bufete. Esto es lo que se llama vivir en un país sin garantía de vida y de bienes.