Domingo Hernández
Desde sus inicios, cuando debutó con los Mets de Nueva York en el 2017, se vislumbró que el dominicano Amed Rosario tenía el potencial para descollar y alcanzar estratos de estelaridad en el béisbol de las Grandes Ligas.
Para entonces era un sólido prospecto de los Mets, y no pocos estimaban que Rosario se convertiría en poco tiempo en uno de los mejores campocortistas de las Mayores.
No obstante, los años han pasado y si bien podría decirse que ha tenido una carrera decente y que en algunas temporadas ha puesto buenos números para un campocorto, lo cierto es que todavía su cotización no alcanza el estatus de estrella.
Ahora Rosario llega a los Rays de Tampa, con un contrato de un millón 500 mil dólares por la presente temporada. Lógicamente no está en el campo corto posición que ha estado desempeñando el panameño José Caballero, tras los problemas fuera del terreno que ha estado enfrentado el también dominicano Wander Franco.
Es el cuarto conjunto en el que juego Rosario en las Mayores. Previamente, además de los Mets, había militado con los Guardianes de Cleveland, y los Dodgers de Los Angeles.
Con los Rays se ha estado desempeñando en el jardín derecho. Ha tenido que hacer ajustes en ese sentido, pero ha dicho que aún cuando su posición original es en la sexta almohadilla, lo importante para él es estar en la alineación, razón por la que no le importa en que posición lo utilice el dirigente Kevin Cash.
Y ciertamente el quisqueyano al parecer ha sabido aprovechar la oportunidad, en razón de que ha tenido un desempeño bastante eficiente en lo que va de temporada.
En ese sentido, hay que citar que en los 20 partidos en que ha participado hasta el momento y en los 74 turnos agotados –sin el juego de ayer ante los Tigres-, Rosario batea para promedio de .355, con 26 imparables conectados, dos de ellos cuadrangulares, 5 dobles, siete carreras anotadas y 12 remolcadas, un OBP de .364, un OPS de .890 y Slugging de .526.
En sus últimos siete encuentros, previo al de anoche ante Detroit, promediaba .429, un OBP de .429 y slugging de .643, producto de 12 inatrapables despachados, uno de ellos cuadrangular, cinco vueltas anotadas y seis impulsadas en 28 veces al bate.
Hay que hacer la salvedad de que Rosario lleva 12 juegos consecutivos bateando de hits y eso pone en evidencia que su bate está caliente.
Como se observa, Rosario da la impresión de que va camino a una gran temporada. Y de mantener su ritmo, resulta innegable de que habrá de superar la labor desempeñada el año pasado cuando, con dos equipos –Guardianes y Dodgers- bateó para promedio de .263, con sólo seis jonrones, 70 vueltas anotadas y 58 remolcadas.
De por vida, el nativo de Santo Domingo, promedia .274, con 892 hits conectados, 62 vuelacercas, 427 carreras anotadas y 346 impulsadas, en 860 juegos jugados y 3,250 turnos.
Este año todo hace indicar de que las cosas podrían cambiar positivamente para Amed Rosario, siempre que pueda mantenerse saludable y logre preservar la eficiencia de su bate.
Que conste, es posible que todavía no hayamos visto lo mejor de este talentoso jugador, quien a sus apenas 28 años de edad y en su octava temporada en la gran carpa, aún le queda mucho camino por recorrer. No lo pierdan de vista.PARA QUE LO APRENDAS O LO RECUERDES: La marca de 61 jonrones que entonces le pertenecía a Roger Maris y que había logrado en 1961 parecía insuperable hasta que Mark McGwire se voló la cerca 70 veces en 1998. Tres años después (en el 2001) Barry Bonds, Gigantes de San Francisco, superó ese total, con su número 73 el cual logró en el último día de la temporada regular.!Suena la campana! ¡Climmp!