Reflexionando sobre el nuevo año

Por: Ramón  Antonio Veras 

I.- La existencia y desaparición del ser humano

1.- Sin dificultad  podemos tener conocimiento preciso del momento de nuestro nacimiento, no así cuándo vamos a dejar  de existir por muerte natural. Solamente si  decidimos ponerle fin a la vida,  sabemos la fecha y lugar   para  salir  de la lista de los vivos.

Negro Veras. Archivo.
Negro Veras. Archivo.

2.- La vida eterna no existe, el momento del descanso final indefectiblemente  ha de llegar. Lo vitalicio, el aliento de por vida es pura ilusión; solamente aquellos que se imaginan lo irrealizable,  y  disfrutan lo inexistente, se forman la falsa idea de que vivirán para siempre, para la eternidad.

3.- Particularmente yo, dejaré  de vivir cuando me llegue la hora, no precipitando mi partida; quiero mantenerme vigoroso, lúcido, accionando,  en función permanente, lleno de dinamismo.

4.- Pero estoy consciente de que  el afán de vivir no depende de mi, sino de factores que escapan a la pretensión de tener una extensa permanencia como ser viviente; el mucho empeño por la  subsistencia no basta   para conservarla, porque ella cede ante  la llegada inexorable de la desaparición física.

5.- No sé  si soy avistado o tonto, listo o estúpido,  pero de  lo que no  tengo la menor duda es que  mi estancia en la vida terrenal es provisional, pasajera;  he vivido convencido de que  mi situación es transitoria, y por  mucha alegría que me motiva vivir, estoy preparado para el final, la conclusión del trajinar, de ese ir y venir, de  la brega que he mantenido durante mi vida.

 

II.- Creo en realizaciones para el nuevo año

6.- He tenido la dicha  de poder narrar lo que ha sido  mi vida desde el momento de mi nacimiento hasta ahora, pero no sé si continuaré haciéndolo en lo adelante, porque sé de  lo que hago hoy, no de lo que haré  mañana, próximamente con la llegada de un nuevo año, conforme el calendario gregoriano.

7.- Debemos estar preparados para las acciones que llevaremos a cabo en lo adelante, algunas de las cuales pueden ser las mismas o diferentes a las ya ejecutadas en el pasado. Por lo  regular, lo nuevo permite realizaciones que constituyen ideas producidas al instante,  en el momento  que se convierten  en producción intelectual creadora.

8.- El nuevo año puede servirle a una persona para elaborar planes de índole personal,  familiar  o laboral idear como ha de actuar, planificar acciones a tomar, trazarse la línea que ha de seguir  conforme sus convicciones en el plano político y social.

9.- Lo nuevo motiva  darle  riendas sueltas al pensamiento; la novedad sirve para enriquecer  los conocimientos; lo reciente nos enseña que el mundo cambia acorde  con el desarrollo del cerebro humano.

10.- Lo nuevo hay que recibirlo con alegría, con el deseo de vivir;  animado de la buena voluntad, confiando que siempre estaremos jubilosos, regocijados por lo que llega  junto con la felicidad;  con la dicha de disfrutar  la novedad, lo reciente  que son los días y meses  por venir  en el año 2016.

11.- Debemos estar preparados, listos para las primicias, las innovaciones que han de llegar; recibirlas como merecen, las queremos y necesitamos; valorarlas en sentido positivo para el bien de todo el pueblo dominicano que bien requiere  de lo moderno y original; aceptar lo que viene con parabienes y con grata acogida; que el acogimiento sirva para demostrar que olvidamos lo negativo del 2015, para darle una bonita bienvenida al 2016

12.-  Quitemos    de nuestras mentes las cosas feas, indignas y deshonestas, para sólo mantener las bonitas y merecedoras de ser guardadas en nuestros corazones; fortalezcamos lo decoroso y noble, la hidalguía,  lo eminente, insigne y generoso, pues  sólo así demostramos estar liberados  de las cosas desagradables  ocurridas el pasado año 2015.

13.- Lo nuevo hay que recibirlo con un espíritu limpio, la conciencia nítida y el alma pura, para que el 2016, sea transparente e inmaculado, dejando atrás lo sinuoso, oscuro y opaco;  y todas las cosas feas que sólo se mueven como el  nocherniego,  dando los  pasos lúgubres  de los malvados, de los dañinos preñados de taras que reflejan inconductas propias de sociedades en decadencia.

14.- No aceptemos   tranquilamente  lo inevitable e  irrealizable;  el fatalismo es una tesis propia del derrotista. Aquellos que creemos en el esfuerzo humano  no anidamos ideas frustratorias, porque sólo creemos que el porvenir  es de los que luchan  con el objetivo de vencer.

15.- Creer en la fatalidad quita el deseo de llegar a la meta propuesta; jamás debemos  de estar al lado de los fatalistas que creen en la imposibilidad de cambiar el destino de las cosas. La desesperanza marchita y guía al pesimismo que sólo es abrazado por los que piensan hacia atrás, en lo funesto y sombrío.

 

III.- Soy realista, no iluso

16.- Cuando el ser humano sabe lo que real y efectivamente quiere, no procede como diletante, apasionado   insensato o  perturbado  habitual, sino  que se mueve en firme para llevar a cabo su empeño con decisión y total resolución, sin titubeos.

 

17.- Sé  en el medio social donde nací y me he desarrollado, razón por la cual tengo la posibilidad de conocer algo de las debilidades, firmezas, virtudes y defectos ligados a las personas que componen hoy la sociedad dominicana; además de que no soy  un iluso para no saber el nivel de agrietamiento que padece  el orden  actual,  que se refleja en todo el tejido social del país.

 

18.- No vivo de ilusiones, sino que trato de vivir con los pies sobre la tierra;  y de algo deben servirme  77 años de vida. Por tanto, al expresar lo que  quiero  traiga el nuevo año al país,  no estoy procediendo como un soñador, sacándome  una espina de la  mente,   manifestando un desahogo, ni actuando igual que un  entusiasmado excedido de ánimo trasnochado.

 

19.- No soy creyente de ideas irrealizables, animador de desastres, ni estimulador de presagios absurdos. Creo en lo que es posible alcanzar, en el triunfo, el éxito, y los logros; en el optimismo, lo victorioso;  en el triunfador, en aquel que se prepara para cantar victoria por la conquista obtenida con limpieza y no con las malas artes.

 

20.- Me preparo para confiar  que lo nuevo que viene es de trascendencia, no de insignificancia, de importancia, no de futilidad, de destacar, no de simplificar, de valorar, no de trivializar, de estimar, no de  menospreciar. El naciente año debemos verlo y sentirlo flamante y con frescura; aceptarlo distinto,  no ajado, maltratado, usado, que no es el mismo ya despedido, que el que llega es novel,  real y efectivamente un año neonato.

 

21.- Los dominicanos y dominicanas que hemos  vivido confiando en el pueblo y sus potencialidades para salir adelante,  y no creemos en lo nefasto y triste, sino en lo alegre y propicio, en lo positivo y no en el pesimismo, debemos estar preparados para recibir el nuevo año con buenos augurios, esperanzadores vaticinios, confiados pronósticos, anunciando un hermoso porvenir, previendo lo sano  y no lo nocivo; armando la conciencia de los mejores hombres y mujeres del país, de los que luchan por convicciones democráticas y transformaciones verdaderas.

 

22.- El nuevo año ha de servir de alborada para que comencemos a construir el nuevo amanecer, encender las primeras luces para reunirnos, unificarnos  e integrarnos para cambiar verdaderamente; juntarnos en procura de adecentar la vida pública,  congregarnos a los fines de crear nuevas instituciones y hacer el adecuado funcionamiento de las existentes;  armonizar con franqueza, sumando,  pensando en concordar para concertar  lo que conviene a las masas populares, a los que en este país nunca, jamás han estado ni participado en las grandes decisiones del Estado dominicano.

 

 

IV.- Algunos de mis deseos en el curso del nuevo año

23.-  El trayecto recorrido por un ente social  puede ser corto o largo, lo mismo que agradable o desagradable, y la evocación  de lo realizado traerle  alegría o pesares. Pero por más que se quiera ocultar lo vivido, la verdad sale a  relucir,  y cada quien será recordado, no por lo que trata de envolver con falsedades, sino por lo que está fijo en la memoria, la reminiscencia  estampada en lo que no puede ser borrado.

24.- En el curso de su vida, un individuo    puede, dependiendo de su movilidad en el medio donde vive, mantenerse  animado, con brillo o,  simplemente, vivir como un simple ser insustancial, corriente, un anodino. Cada quien decide la forma como ha de desarrollarse socialmente.

25.- Con plena conciencia  puedo decir que me siento física y mentalmente en condiciones de exponer libremente mi voluntad, desarrollar  la intención de lo que es mi deliberado propósito por si en el curso del nuevo año se apaga mi vida, se extingue mi existencia como ser  humano viviente.

26.- Así como puedo continuar con vida durante todo el año 2016, y llegar a cumplir 78 años de edad, también es posible que fallezca, porque nacer, desarrollarse y morir es un proceso normal y natural  de los seres vivientes.

 

27.- Tengo la libre decisión de señalarles  a  mis  descendientes como quiero ser recordado luego de mi  partida,  y también indicarles  qué parte de mi accionar público deseo sea retenido.  De igual manera   puedo aspirar a que guarden  silencio de lo por mi realizado.

28.- En mi caso especifico, aunque he tenido la condición de  hijo, esposo, padre de familia, abuelo y  abogado;  y he tenido incidencia en la vida pública nacional e internacional, por ninguna de estas calidades quiero ser recordado.

29.- En mi vida no he  actuado    procurando  ser tomado en consideración por un acto  o actividad, gesto  o comportamiento;  ni he vivido en busca de  distinción, prestancia o excelencia; ni para recibir palmadas, alabanzas, elogios o que me pongan por las nubes.

30.- En  lo personal he tratado de llevar una vida normal, sin deslumbrar para impresionar, ni asombrar  para  seducir;  he querido comportarme natural, siendo habitual en mis actuaciones, para no pecar de extraño, de raro en mi propio medio social.

31.- De igual manera, la fanfarronería la detesto,  no soporto la bravuconería y lo fantasmagórico lo veo como algo artificial; lo fastuoso, lo esplendoroso no me quita el sueño; disfruto las cosas materiales sin apegarme a ellas ni hacerme su subordinado.

 

32.- Quiero, al igual que para mis seres queridos, disfrutar de buena salud. Anhelo para el país cambios verdaderos en el orden material y espiritual, para que la vida del pueblo sea menos pesada  de  lo  que  ha sido hasta   ahora. Sueño que en lo adelante el ambiente político nacional cambie para bien, comenzando con el adecentamiento de la vida pública.

 

33.- Ansío que las fuerzas democráticas del país, den los pasos necesarios para la creación de un organismo unitario, con la suficiente cohesión y fuerza para, con posibilidades de éxitos, alcanzar el poder político del Estado, y así comenzar a construir una nueva sociedad sin desigualdad.

 

34.- En el curso de 2016, si es que muero,  les  hago saber a mis hijos, nietas y nietos, que el legado material que con mayor satisfacción dejo a la posteridad,  y por lo único quiero me recuerden,  es por mis 8 libros publicados, y los  63 inéditos, listos para su publicación, debidamente encuadernados;  y los alrededor de 22,000 artículos escritos  en distintos periódicos y revistas nacionales y extranjeras. Todo este material elaborado  por mi, reposa en el Archivo General de la Nación,   organismo al cual  se lo doné  en su totalidad, con libertad de hacer del mismo el uso que considere útil y conveniente para el pueblo dominicano.