Presidente tiene solución

Por Eugenio Taveras

Especial/Caribbean Digital

SANTIAGO, RD./ No se desesperen, el lunes 25 de julio de 2011, el presidente de todos los dominicanos, aunque soy dominicano pero él no es mi presidente, DR. LEONEL FERNÁNDEZ REYNA, se dirigirá al país y los dejará a todos complacidos, porque ese día dará las coordenadas para que ustedes, jodidos dominicanos, encuentren el punto exacto entre la de terminar de joderse o la solución.

Presidente Leonel Fernández. Archivo.

Según mis conclusiones, la solución y la de joderse tienen el mismo significado, porque si ustedes deciden joderse ya están jodidos y si ustedes deciden salvarse, siguen jodidos, por lo tanto, estar jodidos y salvarse es la misma cosa, por lo que les aconsejo que, como es lo mismo estar jodidos que salvarse, sigan jodidos para que se puedan salvar.

La misma solución se la tiene HIPÓLITO RAFAEL MEJÍA DOMÍNGUEZ para el 2012 que es cuando pretende volver a la silla de alfileres, por lo que los exhorto a votar por el GUAPO DE GURABO, ya que no voy a las urnas desde 1994, cuando llegó a la palestra política el doctor que mencioné en el primer párrafo, y así completar la prueba para un viaje seguro al INFIERNO.

La solución, en el país que vivo pero que no vivo, no está en una simple votación cada cuatro años, debido a que los tres partidos que han ocupado el poder en los últimos cincuenta años lo único que han hecho es hacerse ricos con base en la estupidez de un pueblo que siempre está durmiendo un sueño invernal como algunos reptiles, por lo que para no sentirte jodidos deben votar por ninguno de los tres partidos tradicionales.

Se les está haciendo tarde, y el horno, sin darse ustedes cuenta,  pasa, de ser apto para galletitas, a ponerse para ladrillos; despierta pueblo, despierta, no seas pendejo, una satisfacción estomacal tres meses antes de las elecciones solo te resuelve el problema de ese día pero no el de los otros más de mil que tienes por delante; despierta lagartija e inyéctate sangre nueva en tus venas porque parece que te la succionaron de forma tal que no sientes ni padece.