José Alfredo Espinal
Santiago, República Dominicana.- Cuando se reconoce a alguien usualmente se hace por su talento, la dedicación por la labor que realiza, los años de experiencia en un área determinada, esfuerzos, capacidad y compromiso social, entre otras cualidades.
Cuando esa distinción recae en alguien, siempre habrá quien aplauda la decisión, otros la cuestionan, lo ponen en duda; incluso, expresan su inconformidad en privado y públicamente.
En mis 20 años y un chin más de ejercicio periodístico en radio, televisión, prensa y digital, apenas he sido tomado en cuenta para ser reconocido en tres ocasiones, en el 2008, en el 2014 y el 2021. En el 2019 recibí un galardón al ganar un concurso periodístico.
En los medios de comunicación aparecen colegas que realizan un buen trabajo, pero no tienen, quizás, los números aún para ser galardonados, sin embargo, a cada momento le reconocen su labor. Por eso no se debe sentir celos.
A los seres humanos nos encanta que enaltezcan nuestro ego. Cada elogio nos aviva el espíritu combativo. Pero, a veces, ese aire de grandeza se convierte en nuestro peor enemigo.
Si los reconocimientos y los premios llegan, serán bien recibidos. Lo aceptaré con humildad. Pero si eso ha de servir para mirar por encima de los hombros a los demás, mejor es quedarse con los que ya he obtenido. Una solución que se logre en un barrio o una intervención quirúrgica que se consiga por nuestro trabajo periodístico es la mejor recompensa que se puede recibir cada día.
La recién entrega de los Premios Ciudad Corazón 2023, que organizó la Asociación de Locutores de Santiago (ALS), dirigida por Pablo Marte, mejor conocido como el Negro Peter, no debería dar espacio a los cuestionamientos y ataques feroces por el simple hecho de que alguien no fuera afortunado de haber ganado una estatuilla esa noche.
Una nominación en cualquier escenario es un reconocimiento al trabajo. Pasa en famosos premios como Óscar, Globo de Oro, Grammy, Goya, BAFTA, Los Soberanos, Billboard, Lo Nuestro, Juventud, entre otros. Aquí se producen errores y se cometen hasta injusticias, si se quiere llamar así cuando no se está de acuerdo con los ganadores.
Premios Ciudad Corazón no es ni será la excepción. La gala tuvo y tendrá errores en el futuro; es normal en cada proyecto que realicen los seres humanos.
El Negro Peter ha hecho un gran trabajo como presidente de la ALS, negar ese esfuerzo es una injusticia a su entrega y dedicación para enaltecer a la clase locutoril.
La crítica constructiva en busca de mejoras siempre será positiva y debería ser agradecida por quienes organizan actividades. Pero pretender desacreditar iniciativas, con diatribas que en nada contribuyen, sino que destruyen el sueño de lograr grandes cosas, no puede ni debe encontrar receptividad de nadie.