Odebrecht, historia de un imperio construído a base de sobornos

Caribbean Digital

Ha pagado coimas en al menos 12 países y tiene que abonar la mayor multa de la historia por sobornos

Todo empezó a lo ‘Breaking Bad’, con una humilde investigación en un túnel de lavado por blanqueo de dinero.

El pasado día 22 de diciembre, la constructora Odebrecht y su filial petroquímica Braskem aceptaron en Estados Unidos pagar 3.500 millones de dólares como compensación por los 439 millones de dólares entregados a políticos de al menos 12 países. El propósito de estos millones era conseguir proyectos de obra pública.

La sanción fue fruto de una investigación conjunta entre las policías brasileña, estadounidense y suiza y permite a la multinacional librarse de las acusaciones judiciales en estos países a cambio de confesiones que ayuden a desenmarañar las diversas tramas corruptas.

Y eso que cuando fue detenido Marcelo Odebrecht en junio de 2015, por entonces presidente heredero de la empresa, se negó rotundamente a entrar en el sistema de acusaciones a cambio de rebajas de penas, que ha sido la clave para ir tirando de la manta y aportar luz sobre el escándalo.

“Para que alguien delate, tiene que tener algo que delatar”, dijo en la comisión del Congreso en septiembre.

Sin embargo, poco después aceptaba participar de la delación premiada.

Expansión y caída de la empresa

A sus 48 años, Marcelo Odebrecht tuvo que dejar la presidencia de la empresa y otros cargos que tenía. Interrumpió así una carrera que inició como ingeniero de la empresa después de estudiar la carrera de ingeniería civil en la Universidad de Bahía y un MBA en una de las mejores escuelas de negocios del mundo, la IMD Business School en Suiza.

A los 40 años, en 2008, ya era presidente y por tanto uno de los empresarios más importantes de Brasil. Se le tenía por un hombre ambicioso, meticuloso e incluso prepotente según el medio local G1.

Marcelo invirtió en la diversificación de la empresa, fundada en 1944 por su abuelo Norberto Odebrecht. Apostó sobre todo por el sector petroquímico y la internacionalización creció de su mano coincidiendo con el auge económico de Brasil cuando el presidente era Lula, cuyo nombre ha aparecido en diversas investigaciones sobre las tramas corruptas aunque por el momento no ha sido condenado.

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Continúan las pesquisas por el caso Odebrecht

Ecuador, Panamá y México abrieron investigaciones y el Gobierno de Colombia pidió a la Procuraduría General que inicie la suya propia.

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Pero es en América Latina donde por ahora se están desvelando la mayoría de sobornos. Lo ha hecho en al menos doce países, según informa El País.

En Perú, según informa el diario El Comercio, la Fiscalía ha apuntado que Odebrecht ingresó dinero a través de tres compañías fantasmas ‘offshore’ y que sobornó a varios políticos para conseguir licitaciones de obra pública, si bien todavía no se han dado nombres.

En Argentina, la compañía reconoció pagos ilegales que llegan a un total de 35 millones de dólares a funcionarios argentinos entre los años 2007 y 2014, según la declaración de la empresa reproducida por la agencia Reuters. Los beneficios por proyectos de infraestructura en dicho país para la empresa alcanzan los 278 millones de dólares.

En Panamá, por cada 100 dólares que el Estado pagó a Odebrecht por una obra pública, 34 se fueron desviados de manera ilegal a funcionarios públicos, según ha informado la Televisora Nacional de Panamá. En Guatemala la cantidad asciende a 53 de cada cien dólares y en República Dominicana 56.

En México se estima que Odebrecht pagó 105 millones de dólares en sobornos. También se le investiga en Colombia, Ecuador y otros países.

El escándalo que tumbó al gobierno de Rousseff

En ningún país, al menos por el momento, los sobornos pagados por Odebrecht han tenido un alcance cercano al de su país de origen. En Brasil, el entramado de corrupción en torno a la petrolera estatal Petrobras en el que participó Odebrecht contribuyó a la caída de Dilma Rousseff.

Aunque no había ninguna prueba contra la mandataria y la acusación formal necesaria para el ‘impeachment’ tenía que ver con unas maniobras fiscales para maquillar cuentas públicas, fue la corrupción endémica mostrada por la trama la que llevó a miles de personas a salir a las calles a pedir su cese y propició una corriente de opinión en el legislativo favorable a su cese.

La crisis económica, también acuciada por el escándalo de corrupción, ayudó a derribar a Rousseff. En 2015, la recesión fue en Brasil del 5,6%, la peor en los últimos 25 años.

De todos modos, el principal instigador de su cese, el ex presidente de la Cámara Eduardo Cunha, y varios miembros del gobierno de Michel Temer que asumieron el poder una vez concluido el ‘impeachment’ también eran sospechosos o imputados. El propio Temer fue citado numerosas veces en las investigaciones.

Unas escuchas telefónicas filtradas en mayo de 2016 mostraron conversaciones entre Romero Jucá, recién nombrado ministro de Planeamiento en el gobierno de Temer, y un ex directivo de Petrobras en que el primero abogaba por sacar a Rousseff de la presidencia para “restañar la sangría”, o sea, muy probablemente para frenar las investigaciones contra los implicados en el caso Lava Jato.

De este modo quedaba prácticamente demostrado que la destitución de Rousseff fue en parte una confabulación de algunos políticos implicados en el conocido como Caso Lava Jato para interferir en las investigaciones, e impedir así que algunos de los implicados fueran acusados o condenados.

La investigación que desencadenó la gran crisis brasileña arrancó en 2013 con la investigación de blanqueo de dinero en un túnel de lavado. El cambista Alberto Yousseff, implicado en aquel delito, abrió el camino de una investigación que ha involucrado a políticos de todos los partidos, incluidos los del gobierno de Dilma y Lula, el PT, y del gobierno actual, el PMDB de Temer.

En total, 50 políticos han sido investigados, entre ellos los que cuando fueron citados eran presidentes de la Cámara y el Senado, así como varios ex ministros y el ex presidente Fernando Collor de Melo.

Se calcula que de los 42.000 millones de reales (13.000 millones de dólares) que desvió Petrobras, 662 millones (206 millones de dólares) han sido restituidos gracias a la investigación.

Además de Odebrecht y Petrobras, otras grandes contratistas implicados son Queiroz Galvão, Andrade Gutierrez, OAS o Engevix. Los empresarios de contratistas, los directivos de Petrobras y los políticos de varios países se repartían coimas para amañar contratos de obra pública. El precio de las concesiones se calculaba ya con una parte destinada a los sobornos. Por lo que parece, Odebrecht fue la abeja reina del entramado.

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