La fidelidad en el matrimonio o relaciones de pareja

JOSÉ ALFREDO ESPINAL

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 SANTIAGO, República Dominicana.- “Cualquiera que comete adulterio con una mujer es falto de corazón; el que lo hace está arruinando su propia alma”, Proverbios 6-32.

La sensación de un ser humano en experimentar algún tipo de aventuras es un proceso que para muchos es normal, en la sociedad de hoy, todavía más. En algún momento muchas personas han llegado a consumar su deseo carnal, por el simple hecho de vivir ese episodio con una persona ajena a su pareja. Y de seguro abundan las razones, para justificar esas acciones.

Partiendo del verso bíblico y la premisa muy particular acerca del tema, considero que la fidelidad en el matrimonio o las relaciones de pareja no es más que una decisión que el hombre y la mujer deben asumir en atención al deber consagrado con su compañero o su compañera sentimental. Es un pacto, que al romperse deja un sabor amargo y el pecado por el medio de una de las partes.

Esa sensación de estar con alguien más que no sea tu pareja le llega a las personas a través de la tentación que se busca en el camino o la que viene a ti por sus propios pasos. Ante todo eso, lo recomendable y lo imprescindible para prevenir la infidelidad es orar a Dios cada día para que nos libre de la tentación.

Sí, es cierto, en el hogar a veces nuestra pareja tiene una actitud agresiva, mal humorado, indeseable y talvez arrogante. No es fácil tratar con una persona con esas cualidades. Pero, pensamos que lo más ideal es entregarnos en los brazos de otro o de otra para tapar ese problema que encontramos en casa. Error, grave error.

Parece increíble, pero fue más fácil cometer el acto de adulterio que atrevernos a dialogar con nuestra pareja, esa misma con la que nos unimos con tanto amor y a la que prometimos serle fiel hasta la eternidad.

Para ser fiel hay que tomar la decisión; una decisión más en serio que aquella que tomaste cuando te prohibieron comer dulces porque ya eres diabético, dejar de fumar porque tienes problemas pulmonares y no tomar alcohol porque tu hígado ya no lo resiste.

La fidelidad se consigue pidiéndole a Dios que nos libre de las tentaciones, así como saber decir no, aun en las circunstancias más apremiantes de nuestras vidas. No es tan sencillo. No obstante, con un poco más de esfuerzo se puede lograr.

Además de la fidelidad en la unión matrimonial o el noviazgo, también se logra una agradable satisfacción con esa fidelidad se puede dar con las amistades, el compromiso con la empresa o de otra índole.

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