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BOGOTÁ. AFP. Juan Manuel Santos asumió ayer por segunda vez consecutiva la Presidencia de Colombia, con la promesa de sellar la paz con las guerrillas de izquierda y de lograr mayor equidad y educación en un país azotado por más de 50 años de conflicto armado.
En su discurso de posesión, este dirigente de centroderecha dijo que empleará todas sus energías en cumplir con el mandato de pacificación para el que fue reelecto con el 50.6% de los votos, pero advirtió a las FARC que los recientes ataques atribuidos a esa guerrilla comunista amenazan las negociaciones.
“Los hechos de violencia de las últimas semanas son una contradicción inaceptable que ponen en riesgo el mismo proceso” que se desarrolla en Cuba, dijo Santos, cuestionando duramente los atentados de los últimos días en varios puntos del país, que causaron muerte de civiles y daños ambientales y a la infraestructura.
“La paciencia de los colombianos y de la comunidad internacional no es infinita”, dijo el presidente, que fue aplaudido por los cientos de invitados, entre ellos varios jefes de Estado y el rey emérito de España, Juan Carlos I, en el acto de juramentación en el Patio de Núñez, plaza de armas del Congreso, en el centro de Bogotá. “Señores de las FARC: están advertidos”, puntualizó. Las conversaciones de paz, que ya han avanzado en temas de desarrollo agrario, participación política de los guerrilleros y narcotráfico, avanzan sin un cese del fuego, que según Santos podría fortalecer a los rebeldes.