“He sido controladora con las parejas”

Su presencia acapara la atención, y no solo por su altura, que prolonga con unos tacones eternos que parecen una extensión natural, sino por una personalidad luminosa, dispuesta a la risa fácil, al abrazo cariñoso y a la actividad frenética cuando es necesario. Bibiana es pura energía natural, de modo que parece lógico que la hayan elegido como embajadora de Special K Nutri-mi, el nuevo producto que ha presentado Kellogg’s junto con una encuesta sobre cómo afecta el lenguaje negativo a la mujer.

Corazón ¿Otro día duro de entrevistas? ¿Ha desayunado bien para afrontarlo

Bibiana Fernández Sí. Hay que estar preparada y desayunar fuerte y sano… Y cenar muy poquito y muy temprano para irse pronto a la cama. Yo soy la anarquía personificada, pero en los últimos años me estoy volviendo muy disciplinada… A mi pesar. Con el tiempo una se tiene que adaptar a otros ritmos. He vivido de noche, salía a partir de las dos de la mañana. Hoy para sacarme de casa a esa hora tienes que llamar a la policía.

Corazón Según el estudio de Kellogg’s, las palabras que más molestan a las mujeres son ‘manipuladora’, ‘mandona’ y ‘controladora’. ¿Se reconoce en alguna

Bibiana Fernández Me reconozco en casi todas, pero sin el sentido peyorativo que suelen tener. Todos somos así alguna vez. Manipulamos a nuestras parejas o a nuestros amigos para que hagan determinadas cosas. Mandona… a veces. Aunque la verdad es que no tengo carácter para eso porque puedo estar de acuerdo con una cosa y la contraria casi a la vez. Y sí, he sido controladora con las parejas, y no me hizo ningún bien. Lo he sido con los demás excepto conmigo, que soy la única a la que de verdad podía controlar y cambiar.

Corazón Elija otras palabras que le describan mejor.

Bibiana Fernández Dos son mis pilares: luchadora –aunque esto no tiene mérito, viene de serie– y positiva, lo que algunos confunden con ser tonta. Me encanta esa cita que dice: «¿Qué día es? Hoy. ¿Pues hoy es mi día favorito?». Cuando llegas a una edad te tienes que levantar con la sensación de que hoy es el mejor día de tu vida e intentar vivirlo con frescura y no con el hastío que te dan los años. Yo he nacido en lo que ahora llamamos una familia desestructurada –entonces se decía «se llevan a matar»– y tuve que aprender muy pronto a ver el lado bueno de las cosas si quería sobrevivir.

Con lo que debo, me veo con 80 años subida al tacón»

Corazón Hablando de palabras peyorativas, las que duelen, usted debe de ser una experta en soportarlas a lo largo de su vida…

Bibiana Fernández Para mi sorpresa, la edad me ha dado una cierta serenidad. Yo no he sido una mujer serena. He nacido para la ansiedad. Y me gusta. Pero ahora sí observo las cosas con distancia. Lo importante es que sea fiel a mí misma, el resto solo son opiniones, algunas no respetables, pero que no me afectan.

Corazón Más palabras… Fortaleza. ¿La mantiene? ¿Cómo?

Bibiana Fernández También me viene de la infancia. Aparte de ser desestructurados, en mi familia había mucho amor. Yo me crié con mi abuela. Ella siempre ha sido mi ejemplo a seguir. Tuvo una vida dura: enviudó pronto, se le murieron varios hijos, no sabía leer ni escribir, siempre trabajando, sin tiempo de ocio… Pues yo no la recuerdo nunca triste. Siempre positiva, siempre vital. Algo de todo eso ha perdurado en mí, aunque haya llevado una vida tan distinta. La mía ha sido un festival. Ya desde muy pequeña me escapaba, robaba dinero para irme al cine y comprar revistas… A los 18 tomé la decisión de exiliarme de mi familia para seguir mi camino. Yo les quería mucho y no podía obligarles a enfrentarse a algo que les pudiera sorprender o descolocar. Gracias a esa fortaleza heredada pude tomar esa decisión.

Corazón Soledad. Últimamente la nombra con frecuencia…

Bibiana Fernández Es una situación que no he elegido yo. Pero curiosamente, al final he descubierto que me gusta algo que creía en las antípodas de mi manera de vivir. ¡Quién me lo iba a decir! Ahora estoy disfrutando de la soledad. Otras veces, me he empeñado en conseguir una pareja porque creía que me faltaba algo. Ya no. Aunque eso no significa que renuncie a nada, solo que ahora sé disfrutar de lo que tengo.

La locura es un estado vital que no quiero abandonar del todo»

Corazón

Locura. Ha dicho que su vida ha sido un festival. ¿Ya no más?

Bibiana Fernández

No, no. La locura es un estado vital que no quiero abandonar del todo. Digamos que soy una loca medicada, no siempre con pastillas, también con disciplina. De nuevo hay que sacar la edad a colación, porque te obliga a renunciar a ciertas cosas. Un día un amigo me dijo que me llevaba a cenar y luego de marcha…. ¿De marcha?, ¿qué marcha? ¿La Marcha Verde? Me entraron temblores y todo. Eso se hace a los 17, a los 27 o a los 37. No quiero decir que renuncie a todas las locuras, porque a mí me dan salud. Y yo por locura entiendo esas cosas que, supuestamente, no deberías hacer. No pongo límites, los pone el deseo y el momento. Y si decido hacer algo, me da igual que no me vaya bien para la cabeza, la salud, el trabajo o para lo que sea. Si quiero, lo hago.

Corazón

Pasión. ¿En qué pone ahora el alma?

Bibiana Fernández

En lo que amo. Lo que pasa que antes el amor lo limitaba a la pareja. Ahora se ha expandido, como el Big Bang, y en especial en el trabajo. En otros momentos de mi vida no le dediqué tanta atención, pero en esta etapa me he dado cuenta de que me encanta lo que hago. Y le pongo todo el amor, al igual que a mis amigos y mis perros, a los que llevo a todas partes.

Corazón

Autoestima. Por las fotos que cuelga en Instagram, luciendo cuerpazo, parece que la mantiene alta.

Bibiana Fernández

Mi autoestima es sobre todo interior, aunque el exterior importa mucho. Claro que ayuda verse bien. Pero ya sabes lo que pasa en las redes sociales, muestras lo bonito y lo demás lo omites.

Corazón

Hogar. ¿Perderá muchas cosas cuando venda su casa?

Bibiana Fernández

El hogar eres tú. Sigo teniendo que vender mi casa para pagar a Hacienda, me iré de alquiler y no pasará nada. Mi casa es mi gente, mis perros… Las cosas materiales también cuentan en tu vida y siento apego por ellas, pero no soy una faraona que vaya a llevarse todo a la tumba. Si tengo que deshacerme de ellas, lo haré. Sin dramas.

Corazón

Una última palabra: jubilación.

Bibiana Fernández

¡Uy! Con lo que tengo que pagar, me veo con 80, taca-taca y subida al tacón. La jubilación ni siquiera está en mi horizonte. Y no porque quiera morir con las botas puestas. Quiero morir sin zapatos de tacón, si pudiera ser. El futuro lo marcará mi economía, aunque también es verdad que si pasara mucho tiempo sin hacer nada, me daría un ‘derrengue’.

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