Gloria, cuando el cine trasciende el cine

JOSE RAFAEL SOSA
Especial/Caribbean Digital
Gloria es un filme atrevido y desacralizador de tabúes, coronado de actuaciones sinceras y desgarrantes en  de búsquedas  difíciles y encuentros imposibles.
Gloria es una película que hay que ver. Noble la exposición de la necesidad del amor por mujeres que, por no ser ya las atractivas  jovencitas que fueron alguna vez, no se resignan a  recibir tranquilamente su  boleto de soledad y la convocatoria a la ausencia de emociones afirmadas.A094_C002_0101MY.
Y no sólo por ser un cine que ratifica la marca mundial de la producción latinoamericana, sino porque desborda la pantalla y escapa del esquema espectacular de lo proyectado cuando los créditos caen sobre la canción homónima y la protagonista bendice al espectador con aquella actitud promisoria de auto aceptación y ganas de vivir, pese a todo lo acontecido, cuya narración en detalle sería criminal.

Además de su realización fílmica impecable,  junto al acierto agudísimo   de enfocar la necesidad de el amor y el sexo en la mujer de más de 50 años, incluso  con sus escenas eróticas que muestran aquellos con flácidos  colgajos de carne alejados de la firmeza juvenil, Gloria, un drama amoroso y existencial dirigido por el chileno Sebastián Lelio, es una película que simplemente muestra la pujanza, el valor de ser y la creatividad del cine latinoamericano en general y el chileno en lo particular.

Gloria es una iniciativa inusual como tema porque se prefirió transitar por caminos del amor intransitable, evitar las convenciones y facilismos del erotismo juvenil y penetrar la realidad de ser y amar de un segmento poblacional que, para el cine ordinario, simplemente no existe: el de hombres y mujeres de más de 50 y 60 años, separados, divorciados, solitarios y en necesidad de mucho más que una vagina húmeda y un pene impecablemente erecto.

Gloria es una película de búsquedas difíciles y encuentros imposibles.  Noble la exposición de la necesidad del amor por mujeres que no se resignan a  recibir su boleto de soledad y reivindican su derecho a vivir plenamente.

Una cinta afortunada por mucho más que sus premios internacionales y en particular por el Oso de Plata en el Festival de Berlín.

Gloria, película de clausura del IV Festival Internacional de Cine de Fine Art`s (con u función el próximo miércoles) ha generado largas filas de amantes del cine, atraídos inicialmente por sus premios y su prestigio, pero que al verla, simplemente se rinden ante la fuerza asombrosa de una historia que toda a todo el mundo, incluyendo las y los jóvenes.

Y no es para menos. Se trata de la lucha  la indescriptible  por la necesidad de ser de las mujeres, por la validez de sus sentimientos y necesidades y si se le suma a eso un cuadro de actuaciones intensas y limpias, una realización que ratifica el interés mundial por la creatividad temática de lo latino en el cine, lo que te queda es una obra maestra imperdible e infaltable.

Paulina García, directora y actriz de muy pocas películas, que habrá de quedar para la historia del cine latinoamericano y mundial como una de las entregas actorales mejor logradas de la historia.

Paulina, que como actriz solo ha hecho cuatro películas ya que se ha destacado más como directora,  logró con esa actuación el Oso de Plata del Festival de Berlín. Previamente había ganado el premio del Jurado Ecuménico y el «Gilde», de la Asociación de Salas de Arte y Ensayo de Alemania.

 

Ficha técnica

Gloria (2013)

Estreno: 04 octubre 2013
Géneros: Drama
Paises: Chile, España
Duración: 110 min.
Director: Sebastián Lelio
Guionistas: Sebastián Lelio, Gonzalo Maza
Protagonistas: Paulina García, Sergio Hernández, Diego Fontecilla

 

Sinopsis

Gloria tiene 58 años y está sola en la vida. Para compensar el vacío, llena sus días de actividades y por las noches busca el amor en el mundo de las fiestas para solteros adultos, donde solo consigue perderse en una serie de aventuras sin sentido.

Esta frágil felicidad en la que vive se altera cuando conoce a Rodolfo, un hombre de 65 años, recientemente separado, que se obsesiona con ella.

Gloria comienza un romance, pero éste se complica por la enfermiza dependencia de Rodolfo hacia sus hijos y su ex mujer.

Esta relación, a la que Gloria se entrega porque intuye que podría ser la última, acabará por hacerla estrellarse contra la cruel realidad del mundo. Gloria deberá reconstruirse para enfrentar con nuevas fuerzas su definitiva entrada a la vejez.