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Birmania (EFE).- Las autoridades de Birmania (Myanmar) han desalojado de manera forzosa a más de 50,000 personas que residían en asentamientos informales localizados en distintas ciudades del país para posteriormente destruirlos, denunciaron hoy expertos en derechos humanos de Naciones Unidas en un comunicado.
Los hechos son una «violación fundamental del núcleo de los derechos humanos», lamentaron el relator especial de la ONU para el derecho a la vivienda digna, Balakrishnan Rajagopal, y su homólogo para la situación de los derechos humanos en Birmania, Thomas Andrews.
La situación es especialmente dramática en los asentamientos de Mingaladon, al norte de Rangún, la antigua capital del país, donde más de 40,000 personas han recibido órdenes de desalojo en el último mes.
En la mayoría de los casos, estas órdenes llegaban a las familias pocos días antes del inicio de las tareas de demolición de los asentamientos, sin ninguna alternativa habitacional ofrecida por las autoridades birmanas.
Al menos en dos ocasiones, los residentes decidieron no abandonar sus casas y terminaron suicidándose, denunció el comunicado.
Los expertos de la ONU insisten en que la situación de Mingaladon se está repitiendo en otros asentamientos del país, donde los tiempos de desalojo duran apenas media hora y son ejecutados por agentes armados con palos y armas blancas.
Desde el golpe de estado del 1 de febrero de 2021 las demoliciones han obligado a desplazarse a más de un millón de personas en Birmania, según la ONU.
Los expertos han recordado que la destrucción sistemática de viviendas y la provocación de desplazamientos forzosos pueden ser perseguidos como crímenes de guerra y contra la humanidad, y han llamado a la comunidad internacional a garantizar que los responsables de esta situación respondan ante la justicia.