JOSÉ ALFREDO ESPINAL
SANTIAGO. – A pesar de los esfuerzos que realizan las autoridades para prevenir que las personas sean contagiadas de coronavirus en el país, en Santiago, por ejemplo, las medidas se perciben con mayor efectividad durante las horas del toque de queda, en las calles del casco urbano y en la mayoría de los restaurantes.
En los barrios, sin embargo, el toque de queda y el distanciamiento físico es prácticamente nulo.
Los ciudadanos no respetan las medidas adoptadas por las autoridades. En populosos sectores como Pekín, en la zona sur, Los Ciruelitos y Pueblo Nuevo en la parte norte y Cienfuegos, en el distrito municipal Santiago Oeste, la ley es letra muerta.
Además de violar el toque de queda y el distanciamiento físico, pocos usan las mascarillas. La gente tiene el tapaboca como una especie de gafas de sol en tiempos de lluvias o cielo nublado. Es decir, no las usan.
La mayor concentración de agentes de la Policía Nacional y el Ejército de República se produce con mas frecuencia en las principales calles y avenidas de la ciudad, mientras en los barrios la gente sale a ingerir bebidas alcohólicas y a pasearse por las vías como tiempos normales.
Incluso, hay ocasiones que en las vías más transitadas de Santiago tampoco se observan retenes en las horas de toque de queda, lo que aprovechan los ciudadanos para trasladarse de un lugar a otro sin ningún tipo de dificultad.
Tanto el presidente Luis Abinader como el ministro de Salud Pública, Plutarco Arias, han dejado abierta la posibilidad de flexibilizar las medidas adoptadas para controlar el covid-19, en días especiales durante la fiesta navideña, pero todavía no se ha definido en que consistirían.