El Sermón de Adviento, 500 años después.

Desde Mi Ventana Óptica.

Alejandro Almánzar

Especial/Caribbean Digital

NUEVA YORK./ La semilla fue regada por fray Antón de Montesino, el 21 de diciembre, de 1511, y casi 500 años después, su voz vuelve a retumbar en nuestros oídos, denunciando esta vez, el coqueteo de su Iglesia con los poderosos y el abandono a los débiles.

Los periodistas Alejandro Almánzar e Isela Santos, durante una actividad en el consulado dominicano en Nueva York. Foto de archivo.

Volvió a tomar el púlpito para denunciar las barbaries a que son sometidos descendientes de los indios tainos, en la antigua Hispaniola, ante la indiferencia de la jerarquía eclesiástica. Junto a fray Bartolomé de Las Casas, ha vuelto a denunciar la sed de justicia imperante en la Quisqueya de Enriquillo.

Lo hizo para recordarle a la Iglesia, que Cristo vino al mundo y murió luchando por los desposeídos, a curar sus heridas, sus yagas, su lepra. Que el pueblo diariamente es estafado por grupos poderosos, y que esta institución guarda silencio.

La Iglesia forma parte de ese sector explotador, y basta con saber, que en los centros académicos (colegios y universidades) católicos, los pobres tienen prohibido entrar a sus instalaciones y ocupar un asiento, por sus altos precios.

Gracias a Dios, que en su seno también encontramos sacerdotes como Rogelio Cruz, el padre Nino Ramos y otros, quienes no se conforman con denunciar males periódicamente, si no, que pasan a la acción, ayudando a solucionar problemas en sus comunidades donde ejercen la labor pastoral.

Ellos tienen pendiente la tarea que Cristo les encomendó en su paso por este mundo terrenal, pero este Viernes Santo, la verdad de Jesús volvió a tronar con el Sermón de las Siete Palabras, a cargo del cura, Gregorio Santana, de Villa Mella, quien viene a sumarse al ejercito de predicadores que siguen sus pasos a favor de los que nada tienen.

El religioso pidió a su Iglesia, que dé el frente ante quienes aprovechándose de su poder económico, abusan de los indefensos, haciendo referencia de las compañías de comunicación, que engañan burdamente a los usuarios y nadie sale en su auxilio.

Denunció que la justicia, sólo juzga y condena a inocentes. Que los medios de comunicación, están al servicio de tres grupos poderosos, (los santiagueros son testigos de esto), pues impotentemente han tenido que ver cómo el otrora caudaloso Río Yaque, hoy está en estado de coma, porque esos sectores lo han destruido con la complicidad de esos mismos medios.

Gregorio Santa expresó, que la jerarquía eclesiástica olvida su compromiso con la sociedad, y eso nadie lo puede negar, ya que siempre ha buscado su cuota de poder en el Estado, sin importar que se trate de un dictador moderado o extremista, y sólo se distancia de ellos, cuando de alguna u otra forma chocan con sus intereses, caso, Trujillo y Balaguer.

El Sermón de las 7 Palabras, pronunciado por los sacerdotes el Viernes Santo, no tuvo desperdicio, es una réplica del Sermón de Adviento, demostrando que las injusticias sociales, quinientos años después, aún persisten.

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