El SDSS: un teatro con los mismos actores

POR J. LUIS ROJAS

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El artículo 8 de la Constitución de la República Dominicana es el primer considerando de la Ley No. 87-01 que crea el Sistema Dominicano de Seguridad Social (SDSS). En el referido artículo se especifica que “el Estado estimulará el desarrollo progresivo de la seguridad social, de manera que toda persona llegue a gozar de adecuada protección contra la desocupación, la enfermedad, la incapacidad y la vejez”. Como se aprecia, la seguridad social es un eje estratégico. Es, además, un derecho fundamental, que en ninguna circunstancia y alegato puede ser cedido a la élite empresarial para que incremente sus riquezas materiales.

A juzgar por los hechos y la sostenibilidad de los resultados, podría decirse que la presencia del Estado dominicano en el ámbito de la seguridad social, ha sido mediocre, reactiva, tímida, clientelar y excluyente. Sin duda, el rol que jugaron los representantes de los sectores gubernamental, laboral y patronal, en el desaparecido Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS), fue desastroso y vergonzoso. Cada sector se centró en defender sus propios intereses, nunca jamás los derechos de los trabajadores. Lo lógico y racional es que sean los Estados las entidades responsables de planificar, gestionar y controlar los servicios que sustentan los sistemas de seguridad social de los pueblos.

¿Cuáles son las diferencias significativas que existen entre el anterior y el actual Sistema Dominicano de Seguridad Social (IDSS y el SDSS)? ¿Quiénes eran los actores que dirigían el accionar del IDSS? ¿Quiénes son los personajes que hoy gestionan el SDSS? ¿Cuál de los dos sistemas se ha esforzado para proveer pensiones dignas y servicios de salud con calidad a los afiliados? Es absurdo y estúpido pretender mejorar la imagen pública del actual SDSS, mediante el descrédito y la difamación del antiguo IDSS. Desde el 2003 hasta la fecha de hoy, el sistema de seguridad vigente, ha sido un puro teatro.

¿Por qué el desaparecido Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS) y el actual Sistema Dominicano de Seguridad Social (SDSS), han carecido de la capacidad, la creatividad y el empoderamiento que se requiere para facilitar que los trabajadores dominicanos, tanto del sector público como del privado, reciban pensiones decentes, servicios dignos de salud y seguros de riegos laborales eficiente? Una de las repuestas a esta interrogante podría ser que la dirección, regulación y administración del SDSS operan como un teatro, en el que actúan los mismos actores que desacreditaron y quebraron el IDSS.

No es justo, ético y objetivo, utilizar el poder persuasivo de los medios de comunicación para decir que los ciudadanos dominicanos confían más en el actual SDSS, que en el anterior sistema de seguridad social (IDSS). Para que una afirmación de este tipo tenga credibilidad, necesariamente tiene que ser el resultado de una investigación científica. En cambio, tratar de atribuirle a la seguridad social dominicana atributos que no posee, no es más que una acción deliberada de comunicación, con la cual se busca manipular y distorsionar la realidad de los hechos. Lo que hay que decir, con responsabilidad y objetividad, es que mientras el Estado dominicano no cumpla con las disposiciones establecidas en el artículo 8 de la Constitución, los dominicanos carecerán de una seguridad social digna, justa, solidaria, inclusiva y pertinente.

Desde el primero de junio de 2003, el Sistema Dominicano de Seguridad Social es un puro teatro, en el que los personajes son los mismos (representantes de agencias públicas, de centrales sindicales y de gremios patronales), que actuaban con los mismos guiones y en las mismas tablas del clausurado Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS) y en el actual Sistema Dominicano de Seguridad Social (SDSS). En ambos escenarios, en el de ayer y en el de hoy, los trabajadores siempre han sido percibidos como simples espectadores pasivos, cuyo papel solo se limita a aplaudir las pésimas actuaciones de sus verdugos, los que detrás del telón fingen defenderlos y protegerlos. ¿Cuáles son y dónde están las fuerzas restrictivas que han estado incidiendo para que los ciudadanos dominicanos no disfruten de una seguridad social digna, justa y solidaria?

Hasta el día de hoy, los actores que dirigen, regulan y administran el Sistema Dominicano de Seguridad Social (SDSS), han tenido una actuación mediocre y rentista, la cual ha hecho posible que las AFP de los principales bancos múltiples de República Dominicana y las ARS, incrementen sus ganancias financieras. El pobre desempeño que ha mostrado el actual SDSS, no es un argumento válido para decir públicamente que es más eficiente que el que en su momento tuvo el Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS). En definitiva, ambos sistemas han sido puro teatro.

Ojalá que las decisiones, actuaciones y resoluciones que se llevan a cabo en los diferentes ámbitos de la entidades que dirigen, regulan y administran los servicios del SDSS, sean para satisfacer las necesidades de los afiliados, no para hacer más ricos a los dueños de las AFP y las ARS. Son muchos los servidores públicos y empleados privados que desean ver una actuación digna, justa e inclusiva de los actores que han sido designados para crear y mantener una seguridad social centrada en el bienestar del ser humano. ¿En qué momento dejará el SDSS de ser un puro teatro?

 Cada vez son más los ciudadanos que oran para que el poder divino del Padre, el Hijo y del Espíritu Santo, persuadan a los representantes de las entidades que componen el Sistema Dominicano de Seguridad Social, para que sean más bondadosos y misericordiosos con los derechos de los afiliados. Por ejemplo: Consejo Nacional de Seguridad Social (CNSS), Tesorería de la Seguridad Social, Dirección de Información y Defensa de los Afiliados a la Seguridad Social (DIDA), Superintendencia de Pensiones (SIPEN), Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales (SISALRIL), Seguro Nacional de Salud (SNS), Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), Administradoras de Riesgos de Salud (ARS), Proveedoras de Servicios de Salud (PSS), entre otras entidades públicas, privadas o mixtas, que realizan como actividad principal funciones complementarias de seguridad social.

¿Cuándo la Asociación Dominicana de Administradoras de Fondos de Pensiones (ADAFP), la Asociación Dominicana de Administradoras de Riesgos de Salud (ADARS), la Acción Empresarial por la Educación EDUCA, el Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP) y algunas centrales sindicales, dejarán atrás la práctica de manejar la seguridad social como negocio lucrativo, en el que se contratan a cómicos, comunicadoras, periodistas, abogados y  economistas, para que actúen como si estuviesen en un teatro. La seguridad social no es un negocio ni un teatro.

¿Por qué el Sistema de Capitalización Individual, entiéndase el que gestionan las AFP de los principales bancos dominicanos, posee características similares a las que rodean a los regímenes dictatoriales, específicamente con aquellos ciudadanos que el primero de junio de 2003 no tenían 45 años y más de edad? ¿Es sincera la preocupación que muestran la ADAF y la ADARS por el bienestar de los servidores públicos y de los empleados del sector privado? ¿Por qué la AFP Popular se afana tanto en publicitar el porcentaje que le corresponde hacer al empleador a favor de la cuenta personal del afiliado o trabajador?

¿Cuántos años lleva el señor Jacobo Ramos, presidente de la Central Nacional de Trabajadores Dominicanos (CNTD), actuando en los escenarios de la seguridad social dominicana? ¿Qué papel jugó el presidente de la CNTD en el Instituto Dominicano de Seguros Sociales? El dueño de la CNTD calificó de populista y absurdo que se planteé una segunda reducción al margen de ganancias que perciben las administradoras de fondos de pensiones, por entender que desestabilizaría el sistema. (Lunes 23 de mayo, 2022. Periódico Hoy).

¿Qué es lo que motiva al presidente de la CNTD a coincidir y apoyar públicamente las malas prácticas de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP). Al fin y al cabo, tanto hoy como ayer, la pésima actuación de Jacobo Ramos es PURO TEATRO.