El PRM y el poder

Por Juan TH

El Partido Revolucionario Moderno (PRM) tiene el gobierno, pero no el poder. Aún no.
El poder no es la capacidad de nombrar ministros, viceministros y demás empleados públicos, incluyendo jefes policiales y militares; es mucho más que eso; supone una estructura económica, política y social que permite el control del Estado, lo que requiere de una fuerza organizada y disciplinada liderada por hombres y mujeres capaces, con un liderazgo fruto del estudio y el trabajo que el PRM no posee a pesar de que muchos de sus fundadores tienen la experiencia que los años les da.

Desde el gobierno, con los recursos necesarios disponibles, es posible hacer del PRM un partido verdadero, con los cuadros políticos indispensables para su organización en todo el territorio nacional.

El Partido de la Liberación Dominicano (PLD), bajo el liderazgo del profesor Juan Bosch, con una concepción ideológica de izquierda (marxista, pero no leninista) parecía ser la organización que rompería con los esquemas tradicionales, que sería de “liberación nacional” terminando con el colonialismo que impide el desarrollo. Pero, tras la muerte del líder y la toma del poder, el PLD rompió los lazos éticos y morales del líder y se entregó en los brazos del gran capital nacional y extranjero, cambiando por completo su filosofía.

El PLD se convirtió en un partido conservador, reaccionario, con una estructura orgánica corrupta que utilizó los recursos del Estado para el enriquecimiento de sus líderes.

El PLD creó una claque delincuencial, de gánsteres de la política a través del juego de azar, el narcotráfico, el crimen organizado y otros elementos dañinos. Romper con toda esa estructura que hipertrofió el Estado y la sociedad, requiere de un cambio brusco, radical, si en serio queremos una transformación social.

Ese “cambio” para que no sea “gatopardismo” precisa de un partido fuerte, con una ideología que señale el camino. No podemos reeditar la historia del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) que se proclamó socialdemócrata, pero solo de palabra. Su líder, José Francisco Peña Gómez y algunos de sus compañeros más cercanos eran socialdemócratas, pero el partido no. y sus gobiernos, menos. Por eso desde el gobierno fracasó. No tenían ideología. Por eso, una cosa era el PRD y otra los gobiernos del PRD.

El PRM arrastra todos los males y los vicios del PRD, todas sus debilidades y falencias. Hay que darle un giro, pero, me temo, que sus dirigentes principales (la mayoría empresarios burgueses y pequeños burgueses) no podrán hacerlo, no porque no quieran, es porque nadie puede dar lo que no tiene o no está en capacidad de dar.

No lo digo como un reproche. Ya lo dijo Marx, “el ser social justifica la conciencia social”. Y como también dicen los marxistas “las clases no se suicidan”.

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