El papa Francisco dialoga sin tabúes con jóvenes sobre el aborto o el porno en un documental

Caribbean Digital

El Vaticano, (AFP).- El papa Francisco escucha con atención y responde sin rehuir a las preguntas de jóvenes hispanohablantes que lo cuestionan sobre el aborto, la identidad de género, la homosexualidad o el feminismo, en un documental que se difunde a partir de este miércoles.
En «Amén, Francisco responde», disponible en la plataforma Disney+, diez jóvenes católicos, ateos y musulmanes de 20 a 25 años, algunos con escotes, tatuajes o piercings, confrontan al papa argentino, de 86 años, a un público diferente del habitual en los pasillos del Vaticano.

«¿Conoce Tinder?», le pregunta por ejemplo Celia, en referencia a la aplicación de citas.

Tras admitir que no sabe de qué se trata, Francisco afirma que «los jóvenes tienen ese afán de conocerse y eso es muy bueno».

El documental, coproducido por los españoles Jordi Évole y Màrius Sánchez, de 80 minutos, aborda temas que preocupan a la generación Z, como el feminismo, las migraciones, la salud mental o los derechos LGTB+.

Y tiene momentos inesperados, como cuando una creadora de contenidos pornográficos le explica al papa su relación con la masturbación.

Sin lugar para el odio
Évole y Sánchez indican que su objetivo era «acercar dos mundos que no suelen comunicarse y ver a una de las personas más influyentes del mundo dialogar con un grupo de jóvenes cuyo modo de vida choca a veces con los principios de la Iglesia».

Los interlocutores del papa, la mayoría procedentes de América del Sur, fueron seleccionados entre 150 jóvenes adultos por las preguntas que querían hacerle.

Pero «en ningún momento elegimos las preguntas», insisten los cineastas.

Celia, que se define como persona no binaria, le pregunta a Francisco lo que piensa de los miembros de la Iglesia «que promueven el odio y usan la Biblia para sustentar» este tipo de discursos.

«Son infiltrados que usan la Iglesia para sus pasiones personales», fustiga el papa, que en algunos momentos parece perplejo y en otros divertido por las preguntas.

Francisco mantiene su habitual discurso de apertura sobre la orientación sexual y la identidad de género: «Toda persona es hijo de Dios. Dios no rechaza a nadie, Dios es padre. Yo no tengo derecho a echar a nadie de la Iglesia», afirma.

Lejos de escandalizarse, el pontífice siempre parece a la escucha y responde caso por caso. Por un lado reconoce la riqueza de los estilos de vida que se le describen. Por otro, advierte contra algunos excesos.

Los temas como el aborto o la gestión de los casos de pedofilia provocan intensos debates, como cuando Juan, víctima de un religioso, le pregunta sobre su caso, archivado por la Santa Sede.

«Me duele por lo que me decís vos una sentencia así fofa (liviana)», responde Francisco, precisando que espera un fallo en firme «para hacer revisar el caso».