El cardenal López Rodríguez fue reclutado en el Movimiento Revolucionario 14 de Junio

José Alfredo Espinal

Y José Manuel Castillo

Caribbean Digital

El religioso católico pocas veces o nunca se ha referido a su vínculo con el movimiento revolucionario clandestino fundado por Manolo Tavárez Justo, que sirvió como inspiración al ajusticiamiento de dictador Trujillo.

SANTIAGO, República Dominicana./ El cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, arzobispo metropolitano de Santo Domingo, fue reclutado en el movimiento político revolucionario 14 de Junio, el cual fundó en Montecristi Manuel Aurelio Tavárez Justo, mejor conocido como «Manolo», que simbolizó la resistencia final contra la dictadura de Trujillo.

“Uno de los reclutados fue el seminarista, Nicolás de Jesús López Rodríguez, actual cardenal dela República”, según consta en un informe que aparece en el portal Historia Dominicana, que da cuenta que el grupo de rebelde solo esperaba las armas que deberían llegar desde el exterior para pasar a la acción.

El movimiento revolucionario se inicia en Montecristi, luego se expande a Santiago, Salcedo, San Francisco de Macorís y la capital y en menos de un año Manolo lo desarrollo casi en toda la geografía nacional, convirtiéndose en el primer y único revolucionario que lograría esa proeza histórica.

Acompañado de su esposa, Minerva Mirabal, Manolo organizó el Movimiento Clandestino 14 de Junio en homenaje a los héroes de la expedición del 14 de Junio de 1959, con la que se buscaba poner fin a régimen tiránico.

Manolo Tavárez Justo fue fusilado en la sección Las Manaclas de San José de Las Matas un 21 de diciembre de 1963, al alzarse en armas en reclamo de la vuelta al poder del presidente del gobierno constitucional del profesor Juan Bosch, quien fuera derrocado el 25 de septiembre del mismo año.

Si bien el cardenal fue reclutado en el movimiento 14 de Junio hay que destacar quela IglesiaCatólicay algunos militares de la época junto a los Estados Unidos fueron los autores del golpe del Estado al presidente Bosch, con el pretexto de que en América Latina no debería existir otro Fidel Castro.