Dionisio Soldevila
Cooperstown, Nueva York, Estados Unidos.- Por 14 años, David Ortiz jugó con los Medias Rojas, en la ciudad de Boston, del estado de Massachusetts.
Un hombre negro y extranjero, que llegó en el 2003 a la ciudad que, de acuerdo a un trabajo de investigación del equipo Spotlight del periódico Boston Globe en el 2017, es considerada la más racista de los Estados Unidos.
Pero el dominicano de Haina, con su carisma, su chispa y su poderoso bate dice que a pesar de conocer esa realidad, nunca vivió eso en la principal ciudad de la región llamada Nueva Inglaterra.
“Jugué en una ciudad donde oí hablar de racismo. Nunca viví una experiencia de racismo en mi carrera. Nosotros lo que hicimos en Boston fue reagrupar a la gente sin importar color, raza o nacionalidad de la que tú seas y eso ha tenido una respuesta muy buena”, dijo Ortiz durante una rueda de prensa del Salón de la Fama de Cooperstown, un día previo a su exaltación a la inmortalidad del béisbol y haciendo referencia a lo que logró junto a Pedro Martínez, Manny Ramírez y otros compañeros en su ruta de tres campeonatos en 10 años, luego de una sequía de casi nueve décadas.
Al retirarse en el 2017, una calle cercana al Fenway Park fue rebautizada con el nombre de Ortiz, una de las figuras más queridas de dicha ciudad y que compite en popularidad con otras estrellas deportivas como Tom Brady, en su época estelar mariscal de campo de los Patriots de Nueva Inglaterra.
De hecho, Ortiz entiende y dice que la presencia dominicana en los Medias Rojas ha ayudado, en cierta forma, a cambiar algunas actitudes en la ciudad de Boston.
“Cuando voy a lugares en Boston, la gente me dice ‘ustedes abrieron muchas puertas con los trabajos, ahora después de esa época de ustedes, cambiaron esas normas, ahora (la ciudad) es como una familia’. El mundo va evolucionando y hay que darle la oportunidad”, agregó.