Comunicación asimétrica: relación vertical

POR J. LUIS ROJAS

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En termino pragmático, podría decirse que la comunicación asimétrica es la disparidad que se origina entre la información que ofrece la fuente (empresa, institución, marca o persona) y la percepción que sobre ella se forma o ya posee el perceptor o audiencia. Es decir, es la brecha que se produce entre la información dada por el emisor y la actitud y opinión que sobre el particular asume el destinatario del mensaje. Lo asimétrico es dispar, desproporcionado, desigual, irregular, excluyente y discriminatorio.

En el contexto de la comunicación asimétrica predomina la relación vertical, la cual se centra en el poder sin límites, en la autoridad irracional, en la jerarquía ciega y en el irrespeto a la dignidad humana. Este tipo de relaciones fomenta las diferencias entre los poderosos y los débiles, entre los que dominan y son dominados, entre los opresores y los oprimidos. En un entorno tan asimétrico, como el descrito, es imposible llevar a cabo una comunicación simétrica, amparada en el amor, en la igualdad, en la solidaridad y el respeto.

Lo que facilita la comunicación asimétrica, tanto dentro como fuera de las organizaciones, es la actitud con que el emisor o fuente visualiza y trata al perceptor o audiencia. Por lo general, para el emisor de la comunicación asimétrica, el perceptor no tiene capacidad para entender determinadas situaciones, hechos y realidades. En este ámbito, la concepción errada en torno a la jerarquía, la autoridad, el poder, la participación y el acceso a la información que tiene el emisor, son los factores que impulsan la asimetría en la comunicación.

Entre los efectos negativos directos que se derivan de la comunicación asimétrica, entre las organizaciones y sus colaboradores internos, relacionados, consumidores y clientes, se destacan los siguientes: percepciones negativas, opiniones desfavorables, relaciones toxicas, pérdida de credibilidad, deterioro de la imagen pública, negación del permiso social, entre otros daños a sus tangibles e intangibles. En la comunicación asimétrica, el emisor o fuente discrimina, excluye y desconsidera al perceptor o audiencia.

En República Dominicana, son muchas las empresas, instituciones públicas, marcas corporativas y comerciales, así como entidades sociales, que generan asimetría entre los contenidos de su relato público y la percepción que sobre la veracidad de éste, se forman sus propios colaboradores internos, consumidores, clientes y relacionados. Una muestra fehaciente de comunicación asimétrica, son las costosas, continuas y engañosas actividades de difusión masiva, protagonizadas por las Asociaciones Dominicanas de Administradoras de Fondos de Pensiones (ADAFP), la de Riesgos de Salud (ADARS)   las Cámaras de Senadores y Diputados, entre otras organizaciones públicas y privadas que tratan a sus audiencias como si fuesen bolitas de chivo.

En pocas palabras, la comunicación asimétrica surge cuando el mensaje de la información ofrecida a los grupos estratégicos y de interés es incongruente con las decisiones, actuaciones y logros alcanzados por la fuente que emite la información (empresa, institución, marca o persona). Lo lógico e inteligente sería crear condiciones favorables que permitan ejercer más comunicación simétrica y menos la asimétrica.

Ejemplos de comunicación asimétrica, podrían ser los siguientes: el número de informaciones difundidas es superior y diferente a los resultados alcanzados, la cantidad de informaciones difundidas es inferior a los logros obtenidos, la información ofrecida genera percepciones y opiniones diferentes a las esperadas, los esfuerzos comunicacionales son superiores a los resultados que se aluden y cuando éstos son más que las iniciativas comunicacionales.

Es común ver a emisores o fuentes de la comunicación asimétrica, elaborar y difundir historias relativas al quehacer institucional y comercial de empresas, instituciones y marcas, desde una mirada y perspectiva totalmente diferentes a las que tienen muchos de sus colaboradores internos y relacionados externos. Produciéndose una asimetría entre la realidad, la veracidad de lo que dice la fuente y lo percibido por las audiencias.

Cada vez que los contenidos de la información que ofrecen las empresas, las instituciones y las marcas a sus clientes y relacionados, difieren de la realidad y de los hechos a los que aluden sus mensajes, se produce una asimetría con malas intenciones. “No es posible establecer relaciones verdaderas a través de una forma de comunicarse basada en el engaño, en la ocultación de información, en la creencia de ser superiores respecto al otro”. (http://quebrantandoelsilencio.blogspot.com.es/2016/07/comunicacion-asimetrica.html)

Los virus mortales que facilitan la comunicación asimétrica en los entornos familiares, sociales, laborales, empresariales, profesionales y productivos, son la prepotencia, la arrogancia, la megalomanía, el individualismo, las relaciones verticales, la opresión y la falta de amor al prójimo. Como se observa, en el contexto de la comunicación asimétrica suelen interactuar múltiples factores: ideológicos, socioculturales, socioeconómicos, así como de poder, autoridad, jerarquía, relaciones, entre otros.

En resumen, es una quimera creer que en sociedades, en empresas, en instituciones y en familias, donde siempre han estado presentes el autoritarismo, el absolutismo, la arrogancia, la prepotencia y la megalomanía, es posible desarrollar un proceso de comunicación simétrica. De modo que, ambientes con atributos como los mencionados, solo permiten la comunicación asimétrica. En el ámbito de la macro coyuntura actual, es oportuno hacer lo posible e imposible, tendente a crear las condiciones esenciales que faciliten poner en práctica la comunicación simétrica, en cada uno de los contextos y dimensiones de la vida humana.