Caos migratorio en frontera por Dajabón

JOSÉ ALFREDO ESPINAL

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Los haitianos se quejan.

Dajabón, RD.– En esta zona fronteriza es evidente la falta de trato con el ser humano. Muchos haitianos son sometidos a todo tipo de vejámenes: desde palabras obscenas alusivas a su color de piel hasta empujones, sin importar que sea un niño o una mujer embarazada.
Las personas que ingresan a territorio dominicano para participar del mercado binacional reclaman por esa situación.
“Cállate te dije, cállate, que no es contigo que estoy hablando”, le expresaba con mirada amenazante un funcionario de Aduanas a una mujer haitiana que protestaba por la manera inapropiada como era tratada.

En el mercado de lunes y viernes, parece que existe un control alterno migratorio y de Aduanas, debido a las constantes revisiones que les hacen a los inmigrantes antes de ser dirigidos a las oficinas instaladas en un edificio del Ministerio de Hacienda, cerca del mercado binacional.

Los haitianos son sometidos a constates chequeos por militares, agentes de Migración y Aduanas, de manera selectiva.

Muchos haitianos manifestaron disgusto porque en más de una ocasión tengan que presentar sus documentos a las mismas autoridades.
Afirman que lo peor es que aún con sus documentos al día pasan dificultades en el proceso migratorio. “Vámonos de aquí”, se le escuchó decir a un haitiano, cuyo nombre no quiso revelar, visiblemente molesto luego de pasar el proceso migratorio junto a su esposa.

Unos entran como visitantes, como estudiantes, como trabajadores temporales pero también con residencias. La gran mayoría es sometida a un proceso de chequeos selectivos.

Demasiada requisa. Reporteros de HOY observaron que en un primer momento muchas personas son detenidas por militares en plena calle para un “chequeo” de rigor. Una segunda revisión se produce por agentes migratorios y de Aduanas que se pasean por todo el perímetro del mercado, en un espacio no mayor de 200 metros.

Además los extranjeros deben pasar por un chequeo integrado por militares, agentes migratorios y aduanales en una carpa que funciona bajo de una mata de Neem, donde en ocasiones como ayer (viernes) se producen fuertes discusiones.

Mercado normal. Al mercado binacional, que de acuerdo a datos no oficiales moviliza cerca de RD$30 millones cada vez que tiene actividad, acudieron ayer miles de personas entre haitianos y dominicanos para la compra y venta de productos comestibles, electrodomésticos y otros artículos de mayor demanda en la clase media y baja de ambos pueblos.

Aunque la actividad comercial ha regresado a la normalidad después de cesar los disturbios en el vecino país, el negocio sigue afectado por las trabas que las autoridades haitianas han impuesto a su gente, según explicó el presidente de la Asociación de Comerciantes Detallistas de Dajabón, Abigail Bueno.

Dijo que en las aduanas haitianas cometen abusos de poder con los empresarios y microempresarios haitianos al cobrarle impuestos por encima de su capacidad, además de que sufren por la devaluación de la moneda haitiana y el robo de mercancías.

A los haitianos se les impide la entrada a su país de algunos productos comestibles, tales como el salami, las pastas, la harina y las carnes, entre otros. Sin embargo, algunos logran pasar esos productos envueltos en bolsas negras e introducidas en otros envases para que no sean visibles a las autoridades.

Mercado haitiano
Un funcionario haitiano, San Marcos Pie, informó ayer que con los auspicios de la Unión Europea, se construye el local del mercado binacional que funcionará en Juana Méndez, uno similar al que está al lado dominicano. Dijo que el propósito es que las compras y ventas de mercancías se alternen en ambos países. Sin embargo, algunos haitianos y dominicanos no ven como buenos ojos esa posibilidad.