José Alfredo Espinal
Caribbean Digital
Es una tortura acudir a una entidad bancaria dominicana y, a pesar de todo esto, ninguna autoridad competente ha tomado carta en el asunto.
SANTIAGO, República Dominicana.- A los clientes que acuden a las diferentes sucursales de los bancos comerciales que operan en esta ciudad, se les está prohibido que usen los baños de la institución para cualquier necesidad fisiológica, alegando que la medida se toma por razones de seguridad.
Los sanitarios de las entidades bancarias solo pueden ser utilizados por los ejecutivos y los empleados. Los clientes que sientan la necesidad deben “arreglárselas” si les urge orinar o defecar en un momento determinado.
“Si usted desea hacer pipí, salga y mire a ver si encuentra un lugar a donde pueda orinar y que nadie lo vea”, le aconsejó un vigilante de una reconocida entidad bancaria ubicada en la Calle Del Sol, de Santiago, a un cliente que estaba desesperado por hacer una necesidad fisiológica.
Esa es una de muchas deficiencias en el servicio de las empresas bancarias. Otro de los problemas por los cuales los clientes son vejados en muchas ocasiones es cuando permanecen horas esperando por la llamada de un cajero, ya que muchas solo hay uno brindando servicio, mientras los demás están almorzando o simplemente son demasiados lentos.
Cuando hay dos filas, muchas veces, el cajero no determina a cuáles de los clientes llamar primero, lo que se convierte en un momento de mal gusto, porque resulta que el último llegar es atendido primero.
Se ve con frecuencia, además que, aunque hay una norma en los bancos de que los ancianos, los minusválidos y las mujeres embarazadas tienen prioridad, los cajeros ignoran estos clientes.
De igual manera ocurre cuando hay varios cajeros y la mayoría está trabajando con clientes que van a depositar, mientras los demás clientes que sacan un ratito libre, tienen que permanecer un largo tiempo en las filas.
Todavía las entidades bancarias se creen que las importantes son ellas. Los clientes son la materia prima y deben de protegerlos.
En resumidas cuentas, acudir a un banco comercial del país se constituye muchas veces en una tortura para los dominicanos.
Ojalá y cambie algo al respecto…