Johanna Benoit
Santiago, RD.-En un abrir y cerrar de ojos llegó el 2022, el año que sin lugar a dudas promete muchas cosas buenas. Entre ellas, amor, paz y salud.
Recibir un nuevo año, es una puerta abierta a la esperanza, a las oportunidades, al crecimiento profesional y espiritual.
Un año que lo hemos declarado, el aliado perfecto para emprender sueños, entendernos mejor, asumir responsabilidades, valorar lo que hacemos, y manejarnos de una manera prudente con el tiempo y los recursos.
Un 2022 para cultivar buenas relaciones humanas, la empatía y el sentido común no se aparten en nuestros dias.
Este año al igual que los demás nos han traído amor, salud, sabiduría, paciencia y alegría. Estemos conectados a la naturaleza, y que el universo conspire a nuestro favor.
Apreciemos a la familia, que es el eje central en la sociedad, esa que nos ve desarrollarnos y nos brinda el soporte para continuar aprendiendo de esos valores que solo se aprecian desde este entorno.
Dios, permanezca en nuestros corazones, la humildad, solidaridad, felicidad, y el compromiso social nunca se pierdan.
La vida es un regalo de Dios, vivamos felices, los momentos de alegría hay que provocarlos. Evitemos los malos ratos y que estemos rodeados de personas de buen corazón.
Brindemos por los 365 dias para que sean de bienestar, seguridad y entusiasmo, vamos por un 2022 en amor, salud, sueños y propósitos que cumplir.
Soñemos en grande, gracias de corazón al año saliente, un 2021 marcado de pruebas y desafíos. Cada día tenemos la oportunidad de abrir los ojos, levantarnos y salir a flote.
Éxitos en todos los niveles, el amor de Dios guie cada paso, cada proyecto, cada minuto y muchas bendiciones para este nuevo año.