José Alfredo Espinal
Santiago, República Dominicana. – En su sano juicio sería mucho pedirle a un gobierno que ha conducido al país bajo crisis de una pandemia del Covid-19 y la guerra Rusia -Ucrania con secuelas que aún persisten. Todo esto, sin incluir los problemas encontrados.
Lo anteriormente citado podría parecer una justificación para no cumplir una promesa de gobierno. Sin embargo, si se quitara la venda política de los ojos es fácil de analizar y comprender la realidad que vivimos y reconocer que se ha hecho mucho en medio de crisis que siguen amenazando al país y a otras naciones.
Es inconcebible pensar que un gobierno resuelva en apenas casi tres años de gestión lo que otros no pudieron hacer en 16 años.
A pesar de todo, el Gobierno del presidente Luis Abinader ha estado guiando a la República Dominicana mejor de lo que se pensaba. Sería una mezquindad política ignorar los cambios producidos en una nación sumergida en problemas viejos y otros que han ido surgiendo en el camino.
Corregir males de antaño no es tan sencillo. La oposición conoce esa realidad, pero no lo admite, en vez de encontrarse con la verdad y la razón, ha preferido jugar al inocente y seguir apostando al tropiezo de quienes gobiernan para intentar regresar al poder a partir del año próximo.
Solo un capitán como el presidente Luis Abinader pudo haber sido capaz de conducir un barco en las turbulencias vividas, por lo que la sapiencia del mandatario es tan contundente que la oposición no ha podido recuperarse. Insiste en desacreditar sin éxito a un gobierno y a un presidente que ha vencido las adversidades contra todos los pronósticos.