Principios de periodismo cristiano

Rafael Baldayac

El periodista cristiano tiene una doble obligación, primero ser objetivo y neutral con la noticia, pero también tratar de destacar aquellos elementos positivos que  pueda tener.

Pese a enfrentar la realidad de un mundo convulsionado,  debemos abordar los temas sociales, políticos, culturales y económicos desde una perspectiva  esperanzadora.

El evangelio es también comunicación, a propósito de que los dominicanos celebramos  hoy el Día del Periodista.

Para comprender la connotación comunicativa del término Evangelio recordemos que es una palabra que viene del griego “euanguélion”. Su significado  en esencia es «buenas nuevas o buenas noticias».

Los heraldos o pregoneros, eran personas encargadas de llevar los mensajes. Los evangelistas eran los heraldos, proclamadores del evangelio del reino de Dios.

Ellos son los precursores del oficio del periodismo. Los responsables de llevar el mensaje, por consiguiente el  periodista viene a ser  un especia de mensajero.

El pregón en la antigüedad tenía un carácter generalmente  público para anunciar una victoria militar o deportiva.

Pero también en un ámbito más privado podía indicar el anuncio alegre de una curación o el éxito alcanzado por alguien.

Ellos recorrían larga distancias ya que no existían los medios de comunicación masiva. (Filípides corrió 20 kilómetros de Maratón a Atenas para dar la noticia del triunfo de los griegos ante los persas).

El corazón del Evangelio revela como modelo supremo de toda comunicación la muerte y resurrección de Jesús en la cruz.

Estudiando sus repercusiones históricas, literarias, geográficas, sociológicas y las cinco características del periodismo relacionados con  la Palabra de Dios son:

Contar lo vivido,  Citar la fuente, Servir, Perseverar y Ser coherente,  que propiciarán un mensaje veraz y creíble.

  1. Contar lo vivido: El periodista es un mensajero, conoce aquello que está difundiendo porque lo ha estudiado y lo ha vivido. “Contar lo que se ha visto” es ser objetivo. Realmente el periodista como persona neutral no existe, todos somos hijos de nuestras propias ideas, y lo que sí debemos es tratar de ser objetivos y mirar el acontecimiento como una explicación para la gente que lee o escucha.

En la Biblia leemos: “Este es el mensaje que hemos oído de él (Jesús) y que os anunciamos: Dios es la luz” (1 Juan 1:5).

  1. Citar la fuente: Para cumplir con su misión, el periodista o comunicador debe apelar a fuentes que resulten creíbles. Aunque la base del plano periodístico es la noticia, también contempla géneros literarios, tales como la crónica, la entrevista, la opinión y el reportaje.

El periodista no ha de ser el personaje principal del mensaje. Es  por eso que  debamos adquirir el carácter de Cristo, “porque en él está la fuente de la vida y en su luz podemos ver la luz” (Salmo 36:9).

  1. Servir: El Periodismo es un servicio; los profesionales tienen una responsabilidad tanto ética como legal. De más está recordar el rol fundamental que juegan los periodistas al servicio de la democracia y de la justicia en una sociedad. Por una parte sirviendo de conciencia crítica a las estructuras sociales.

El cristiano es servidor contando la Verdad (Juan 8:32). La regla de oro es: “no hagas lo que no quieres que te hagan” (Mateo 7:12), coincidiendo así como el pensamiento periodístico de transmitir lo que es de provecho para los demás.

  1. Perseverar: Es importante que el periodista sepa, que aunque se sientas obligado a hablar o escribir, nadie está obligado a escucharle o leerle, pero no dejes de escribir porque es tu deber. Y añadiría las palabras de Henry Ford: “el fracaso es simplemente la oportunidad de empezar algo nuevo, esta vez de manera más inteligente”.

En el cristianismo pasa lo mismo. La experiencia de Pablo en Corinto ilustra la responsabilidad del cristiano de predicar y la invitación de Dios a perseverar -aunque parezca que nadie escucha el mensaje-.

  1. Ser coherente:    Si practicas la honestidad, te harás honesto.  No olvidemos que nuestro trasfondo como cristianos es ser “templos del Dios viviente” (2 Corintios 6:16 y 7:1). Cómo nutramos nuestra vida espiritual va a ser un reflejo en nuestra vida pública.

Los cuatro ejemplos más claros de profesionalidad y estilo periodístico son los cuatro evangelistas. Marcos, Mateo, Lucas y Juan quienes contaron la misma historia pero desde cuatro perspectivas, estilos, tiempos y hasta recursos narrativos distintos. Unos verdaderos pioneros en la comunicación.

Nos encontramos con cuatro formas que, en el fondo, son de una modernidad absoluta, aplicable todavía al periodismo actual, pensando especialmente en aquél que se basa en el reportaje (el género por excelencia) para desarrollar una historia en profundidad.