¿Por qué ahora?

POR J. LUIS ROJAS

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A juzgar por la cantidad y sistematicidad de las acciones y esfuerzos mediáticos de comunicación, emprendidos a nivel nacional por la Asociación Dominicana de Administradoras de Fondos de Pensiones (ADAFP), todo parece indicar que la narrativa alternativa que ha logrado construir y visibilizar la coalición por una seguridad social digna, ha logrado llamar y captar la atención de los directivos, ejecutivos y asesores de las AFP, filiales directas de los principales bancos comerciales de República Dominicana.

La forma y contenidos de los mensajes, que por diferentes medios o canales difunde la ADAFP, son intrascendentales y están dirigidos a segmentos de audiencias integradas por receptores con escasa capacidad crítica. Las acciones mediáticas comunicacionales de la ADAFP, son inoportuna y poco estratégicas, las cuales podrían estar provocado, en el corto y mediano plazo, entre los afiliados del sistema de capitalización individual, efectos contrarios a los deseados. Por ejemplo, que más ciudadanos se sumen a los justos reclamos que enarbola la coalición por una seguridad social digna. ¿Por qué ahora una campaña comunicacional y no antes y durante del inicio de la Ley 87-01?

La campaña mediática de comunicación institucional, que desde hace varios días viene desarrollando la ADAFP), tiene como mensaje clave persuadir a los ciudadanos dominicanos, para que perciban, valoren y apoyen las supuestas bondades que acompañan al sistema de capitalización individual ¿Cuáles son las verdaderas causas que motivan a los directivos, ejecutivos y asesores de la ADAFP a invertir los ahorros de los trabajadores en una campaña comunicacional, cuyo objetivo es visibilizar logros con sabor a lagrimas?

Los continuos y abundantes esfuerzos comunicacionales que actualmente lleva a cabo la ADAFP, pudieron ser más oportunos y estratégicos si se hubiesen realizados cuando los trabajadores requerían informaciones objetivas y veraces acerca del nuevo sistema de pensiones (2001-2003), para evitar ser afiliados a una determinada AFP, la que luego los obligaría y esclavizaría a recibir una pensión indigna e inhumana, al final de sus vidas productivas.

La arrogancia, la prepotencia, el miedo a perder privilegios, la manipulación sin límites la carencia de sentimientos y la aciaga practica del fin justica los medios, son solo algunos de los meta-mensajes que se perciben en la forma y contenidos de la narrativa que rodean el discurso y la praxis de la ADAFP. La prisa, la desesperación y el chantaje, también forman parte de los mensajes directos, que sirven de sustento a la campaña comunicacional de la Asociación Dominicana de Administradoras de Fondos de Pensiones. ¿Incidirá el presupuesto de colocación de la campaña de la ADAFP en las políticas editoriales de los medios de comunicación masiva?

Alguien debería decirles a los directivos, ejecutivos, voceros y asesores de la Asociación Dominicana de Administradoras de Fondos de Pensiones, que sus costosos y continuos esfuerzos comunicacionales mediáticos, no logran contener el alto nivel de descontento que llevan consigo los cotizantes del sistema de capitalización individual, debido a que éstos observan la asimetría entre el monto de sus pensiones y los beneficios de las AFP.

El mensaje clave de la campaña comunicacional de la ADAFP es ciento por ciento rentista. Su estrategia consiste en visibilizar el crecimiento de los ahorros de pensiones de los trabajadores e invisibilizar los altísimos niveles de insatisfacción y ansiedades que tienen los cotizantes del sistema de capitalización individual. Es decir, los dueños del capital, los cuales reciben menos beneficios que los que los administran. ¿Por qué la Organización Internacional del Trabajo (OIT) cuestiona la ausencia de la solidaridad social estatal y el otorgamiento de pensiones indignas e injustas, por parte de los sistemas de capitalización individual?

Lo lógico y razonable sería que los directivos, ejecutivos y asesores de la Asociación Dominicana de Aseguradoras de Fondos de Pensiones, en vez de malgastar los ahorros de las pensiones de los trabadores en esfuerzos comunicacionales inútiles, invirtieran en estrategias, actividades y en mecanismos que contribuyan a eficientizar la comunicación con sus afiliados, así como implementar mejoras significativas que impacten positivamente los niveles de satisfacción de los cotizantes. ¿Es sincera la intención que dicen tener los directivos y ejecutivos de la ADAFP, de cara a implementar mejoras al sistema actual de pensiones? ¿Qué hay detrás de la extraordinaria defensa que llevan a cabo los directivos y ejecutivos de la ADAFP, en torno a los ahorros de los trabajadores?

Ojalá que la ira, el enojo, el enfado,  la insatisfacción y la indignación que llevan consigo los más de cuatro millones de afiliados al sistema de capitalización individual, como consecuencia de la mala calidad de sus pensiones, no terminen destrozando la reputación, la credibilidad, la confianza, la imagen pública y el capital relacional de los bancos comerciales que sustentan las Administradoras de Fondos de Pensiones de la República Dominicana. Entiéndase: AFP Crecer (Scotiabank), Popular (Banco Popular), Reservas (Banreservas), Siembra (BHD León) y la Romana.

Los esfuerzos comunicacionales que realiza la ADAFP actualmente,  deberían centrarse en explicar el tamaño de la brecha que existe entre el monto del salario nominal que recibe un trabajador durante su vida productiva y la pensión que recibirá luego de cumplir sesenta años de edad. Por ejemplo, José cumplió sesenta años de edad el 25 de agosto del presente año, y 28 como servidor público. En la actualidad, su salario mensual es de cientos sesenta mil pesos. En cambio, la AFP que administra su cuenta de capitalización individual, le otorgará una pensión de veinticinco mil pesos mensual, es decir un 16 % de su salario.

José, igual que miles de cientos de trabajadores dominicanos, no podrá acumular 360 cotizaciones, debido a que en el 2003 tenía menos de 45 años de edad. En este sentido, según los miembros del Consejo Nacional de Seguridad Social (CNSS), la AFP no puede entregarle a José la totalidad de sus ahorros. Los tutumpotes del CNSS, específicamente los representantes del Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP) y de la Confederación Patronal de la República Dominicana (COPARDOM), se amparan en el Artículo 43 de la Ley 87-01, para negarle un derecho adquirido a José, y con él a más de un millón de trabajadores. Ellos, los del CNSS, interpretan y aplican las disposiciones establecidas en los Artículos 35, 38 y 39 de la referida ley, solo tomando en cuenta los intereses grupales que representan en dicho organismo.

En definitiva, la costosa y sistemática campaña comunicacional que actualmente lleva a cabo la Asociación Dominicana de Aseguradora de Fondos de Pensiones (ADAFP), no es suficiente para ocultar las: brechas, deficiencias, injusticias e iniquidades que rodean el inhumano sistema de cuenta de capitalización individual, el cual es gestionado por las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), filiales de los bancos: Popular, Scotiabank, Banreservas y el BHD León.