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SANTIAGO.- Como si se tratara de unas elecciones políticas partidarias, una corriente periodística integrada por funcionarios, dirigentes y militantes del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) ha comenzado la cacería contra empleados de instituciones públicas, a quienes amenazan con hacer cancelar de sus puestos de trabajo si votan por el candidato contrario para dirigir el secretario general del Colegio Dominicano de Periodistas, Seccional Santiago.
El accionar de ese grupo de comunicadores que busca perpetuarse en el CDP Santiago por los siglos de los siglos, no tiene la capacidad profesional ni democrática de ir a un proceso electoral sin el acostumbrado chantaje de cada dos años.
Llaman, envían mensajes de textos o utilizan a algún emisario para que como una especie de delivery (mensajero), se encargue de amenazar a los periodistas que, aunque son de sus filas políticas, en estos momentos no comulgan con la labor que han realizado quienes dirigen el gremio periodístico actualmente.
Gente que en el pasado se adueñaron de los gremios periodísticos, hoy, como no tienen el perfil ni la moral para presentarse como candidatos, ahora solo viven metiendo zancadillas y chantajeando a los comunicadores que tienen intenciones de votar contra su candidato.
Además de ser una bajeza, es una muestra de desesperación para un grupo que aprovechando de todo su poder político y mediático, no acepta que le hagan sombra en un proceso electoral.
Quienes apoyan a Onelio Domínguez, a la Secretaría General de la Seccional del CDP en Santiago, así como a los demás candidatos del Marcelino Vega a nivel nacional, tienen la garantía de que conocen de su trabajo, de su entrega, dedicación y sobre todo su decoro. Penosamente, no todos los que aspiran o promueven a algunos otros candidatos podrían decir lo mismo.
Es una vergüenza,