JOSÉ ALFREDO ESPINAL
SANTIAGO.- El asesinato de Yanelsy Rodríguez, la niña 4 años de edad, hallada en un basurero en la comunidad de Las Charcas, al suroeste de esta ciudad, debe llamar la atención de las familias y de nuestras autoridades.
Cómo es posible que a las 10:30 de la noche, Yanelsy estuviera camino a un colmado (pulpería o bodega), en compañía de otra de sus hermanitas de 8 años.
Si bien es cierto que la gente dice que en la comunidad nunca había ocurrido algo semejante, esto no puede constituir una excusa por parte de los familiares de la infante. Es un acto irresponsable que debe ser sancionado.
Los asesinos, menores o no, así como los tutores de la niña tienen que responder ante la justicia dominicana.
Si bien la madre no tenga nada que ver con el crimen, si cometió un error al enviar a su pequeña a un establecimiento comercial. Esa acción irresponsable fue aprovechada por los desalmados para abusar y finalmente matar a la inocente muchachita.
Lo penoso, además, es que después de esta tragedia que ha consternado a toda la ciudad de Santiago, a los “benditos” menores apenas los encierran por un par de años. El famoso código del menor los favorece y, más tarde que nunca, estos podridos de la mente y el corazón vuelven a cometer atrocidades iguales o peores en el futuro.