Un recuerdo reciente. Como siguen las vicisitudes del Código Penal y las diabluras de todo tipo para su reforma, vale la insistencia.
Por Rogelio A. Hernández
En la despedida de los tristes célebres llamados legisladores, estamos viendo el mismo Sainete con los mismos actores y el mismo desenlace: Boicotear y manipular aviesamente la reforma al Código Penal de 1884. El lenocinio politiquero legislativo, cómplice del arruinador gobierno ejecutivo y la partidocracia del sistema, sigue montando su show. Suenan los redoblantes distraccionistas con diabluras legislativas y propuestas indecentes diversas.
El proyecto legislativo inicial con sus aberraciones fue aprobado al vapor en el Senado y enviado a los tristes célebres diputados, quienes están en lo mismo; sigue el tranque sobre el aborto; según la prensa, se pretende agregar otro privilegio clerical, liberando de responsabilidad penal a las iglesias oscurantistas y parasitarias con un prontuario escandaloso pasado y presente (“Nuevo Código Penal excluye de responsabilidad penal al Estado, DN, ayuntamientos e iglesias); la alianza pestilente de las Cacatas Peludas feminista-LGTB siguen activa con protestas y a través de los legisladores que la representan (identificados con su causa y tal vez practicantes de aberraciones sexuales), incorporan otro proyecto, que incluye las llamadas causales y tal vez, encubierta por el manto de la discriminación, la legalización de las funestas y degradantes homosexualidad y la ideología de género, sin descartar que vengan y pasen otras barbaridades para promover la impunidad, la descomposición y la degradación social. El pueblo sensato debe estar alerta para repudiar y rechazar todas estás malas pretensiones. Hacer un «tollo legislativo» es una forma aviesa de sabotaje. Los llamados y supuestos legisladores, que tienen comprobada incapacidad para legislar de manera transparente y con calidad, deben recordar que hay una Constitución y un Tribunal Constitucional para frenar (acción preventiva) o tumbar desacatos constitucionales y que el derecho a la rebelión y a la protesta todavía existe.
Luz, más luz. (Goethe)
Rahj