Monseñor De la Cruz Baldera asume diócesis de San Francisco de Macorís

Dijo dará razón de esperanza a feministas, LGTBIQ, anarquistas, pro causales y urbanos.

Yomaira del Rosario

 La Conferencia Episcopal Dominicana consagró este sábado al presbítero padre Ramón Alfredo de la Cruz Baldera como obispo titular de la Diócesis de San Francisco de Macorís, en una ceremonia a la que asistió el presidente de la República, Luis Abinader, y la vicepresidenta, Raquel Peña.

La ceremonia de ordenación fue presidida por el obispo consagrante, monseñor Fausto Ramón Mejía Vallejo, quien asumió la diócesis durante nueve años, tras sustituir al también obispo monseñor Jesús María de Jesús Moya, quien fungió, junto a monseñor Freddy de Jesús Bretón, como co-consagrantes.

La elección de De la Cruz ocurre tras una trayectoria de 30 años de vida pastoral universitaria. El obispo es el grado del sacerdocio en su plenitud.

De la Cruz Baldera fue designado por el Papa Francisco mediante un manifiesto o mandato apostólico, leído ante los fieles y la conferencia episcopal congregados en el bajo techo Mario Ortega en ese municipio del nordeste.

“Nos dirigimos a ti, dilecto hijo, que hasta ahora has trabajado diligentemente como rector de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (Pucmm), demostrando los conocimientos y las dotes requeridas de inteligencia y de corazón, así como pericia en la administración y; en consecuencia, nos pareces digno para asumir la función episcopal”, se lee en el pliego oficial.

“Por lo tanto con la opinión de la congregación para los obispos, en la plenitud de nuestra apostólica potestad y autoridad, te nombramos obispo de San Francisco de Macorís”, leyó en el mandato apostólico del Papa, el reverendo padre Jail Méndez, secretario de la Anunciatura.

Como parte del ritual para esta ordenación, monseñor Mejía Vallejo colocó al nuevo obispo un anillo, como símbolo de su fidelidad a la Iglesia; la mitra sobre su cabeza y el váculo pastoral, signo del ministerio pastoral y el cuidado que debe tener con todo el rebaño como pastor de Dios.

También le fue entregada la cátedra de enseñanza y dirección a la iglesia.

El obispo consagrante, al pronunciar su discurso dirigido al nuevo obispo, dijo: “la primera cosa que yo quisiera decirte, monseñor Ramón Alfredo de la Cruz es que ser obispo no es un honor ni un privilegio, sino una llamada y una vocación especial para servir en vigilancia y fidelidad”, le expresó Mejía Vallejo.

En su primer discurso como obispo, el ordenado se expresó en agradecimiento y prometió que “no habrá otra actividad que ocupe mi agenda, más que la de los sacerdotes y la de cada uno de ustedes”.

Dijo que su lema es “dar razón de la esperanza” a los que han perdido la fe, a los jóvenes que han dejado de creer en la iglesia, a los enfermos que esperan por una cura.

También, subrayó, “dar razón de la esperanza a los colectivos feministas, LGTBIQ, anarquistas, pro tres causales, artistas urbanos, entre otros. Reconozco que en estos grupos hay hombres y mujeres de buena voluntad. Unamos sueños y esperanzas para lograr todo aquello que es bello, noble, digno y justo.”

Y puntualizó: “que nuestras diferencias no nos alejen el uno del otro”.

De la Cruz Baldera fue acogido en el seno del clero diocesano y el colegio de obispos de la Conferencia Episcopal, mediante un emotivo discurso de bienvenida.

Junto al presidente y vicepresidenta, estuvieron también el presidente del Senado, Eduardo Estrella; el ministro de Interior y Policía, Jesús -Chu- Vásquez y otras autoridades de la provincia Duarte y localidades vecinas.

Diario Libre