Microplásticos encontrados en el océano Ártico proceden de fibras textiles

Caribbean Digital

Según un estudio publicado este martes, la gran mayoría de los microplásticos hallados en el océano Ártico proceden de fibras sintéticas utilizadas para la ropa y probablemente desembocaron en sus aguas tras su paso por las lavadoras de Norteamérica y Europa.

La presencia de microplásticos en organismos vivos se ha detectado en todos los océanos del mundo, incluido en la fosa de las Marianas, la depresión más profunda del mundo ubicada en el Pacífico.

Estas partículas proceden de la degradación de unos 8 000 000 de toneladas
de plástico que cada año desembocan en los océanos, procedentes en parte de
los textiles sintéticos, como el poliéster, el nailon y el acrílico.

Según los científicos, a cada lavado a máquina, centenares de miles de
microfibras se cuelan por el circuito de evacuación y una parte, las que son
demasiado pequeñas para ser filtradas por las plantas de tratamiento, llegan
al mar.

En un estudio publicado por la revista Nature Communications, la
organización Ocean Wise y el departamento de Pesca y Océanos de Canadá
estudiaron las muestras de agua marina tomadas en 2016 en 71 estaciones de las zonas árticas, desde Noruega hasta el norte de Alaska, pasando por
Canadá y el Polo Norte.

“Hallamos microplásticos en todas las muestras salvo en una, lo que
demuestra la presencia masiva de este elemento contaminante en estas
regiones recónditas”, dijo el principal autor del estudio, Peter Ross, del
Ocean Wise y de la universidad canadiense British-Columbia.

El 92% de los microplásticos estudiados, de un tamaño inferior a 5 mm,
procedían de fibras sintéticas similares a las empleadas para la ropa, de
las cuales el 73% eran de poliéster.

“La conclusión es que ahora contamos con pruebas significativas de que los
hogares europeos y norteamericanos contaminan directamente el Ártico con
estas fibras que proceden de las aguas residuales de sus lavadoras”, según
Ross.

Aunque se desconoce el mecanismo exacto que provoca esta concentración en
las zonas árticas, las corrientes oceánicas parecen desempeñar un papel
importante en su deriva hacia el norte, estima Ross.

En las zonas orientales del Ártico, se detectó el triple de estos residuos,
lo que sugiere una procedencia más importante desde el Atlántico.

“Sería injusto señalar el textil como única fuente de estos microplásticos,
pero detectamos una fuerte presencia de fibras de poliéster procedentes
seguramente en gran parte de la ropa”, reafirma Ross.

En un estudio publicado en 2019, Ocean Wise estimó que un hogar medio en
Estados Unidos o Canadá generaba 533 000 000 de microfibras al año. Y si
bien el 95% de estas son interceptadas durante el tratamiento de las aguas
residuales, 878 toneladas acaban en el mar.

“El sector textil puede hacer más para que la ropa sea más sostenible”,
concluye Ross, instando además a los gobiernos a reforzar la legislación
sobre el tratamiento de aguas y a los particulares a adoptar medidas como el
uso de filtros para lavadoras y el porte de prendas más ecológicas.

(Con información de AFP)