Maltratos contra envejecientes es más de lo imaginado en RD

Caribbean Digital

Miles de envejecientes que viven en el país son cadáveres vivientes porque pasan hambre, están a la intemperie y enfermos. Son abandonados por sus hijos y nietos, maltratados física y mentalmente y no tienen la protección del Estado ni de sus familias. Ese es el drama que padece la mayoría de viejos que en sus tiempos de juventud y de productividad entregaron la vida a sus hijos y a la sociedad.

Muchos de nuestros envejecientes son abandonados y maltratados por sus hijos. Llegar a viejo en la República Dominicana es un problema. Napoleón Marte
Muchos de nuestros envejecientes son abandonados y maltratados por sus hijos. Llegar a viejo en la República Dominicana es un problema. Napoleón Marte

En el Día Internacional de la Toma de Conciencia y Abuso en la Vejez, que se conmemora mañana, la profesora Amelia Cordero, relacionista del Instituto del Abuelo, donde está la Red Dominicana para una Vejez Digna, narra las diversas formas de discriminación en contra de los viejos.

Cuenta que conoce decenas de casos de envejecientes que están en las calles porque sus hijos les vendieron o perdieron sus casas por hipotecas; de mayores adultos que no tienen qué comer y viven de la caridad de los demás, que sus cuerpos no están higienizados, que sufren de terribles enfermedades entre ellas el alzheimer y artritis y no tienen asistencia médica.

Hoy

Una respuesta a “Maltratos contra envejecientes es más de lo imaginado en RD”

  1. Cuánta tristeza nos dá esta horrible realidad, que podemos palpar cada día. En los últimos años, especialmente en las capas sociales más marginadas de nuestras sociedad, donde los envejecientes son abandonados a su propia suerte, aunque sus familiares pudieran darle una mano no lo hacen. Es una clase de indiferencia o de poca empatica, que de una forma u otra está tomando forma entre las generaciones actuales, abandonan a sus padres y abuelos, sin importarle su suerte, y lo mismo hace el Estado, que les dá a espalda y no tiene una política definida para ayudar y proteger a los envejecientes, ciertamente una gran verguenza.

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