Los dos obstáculos de David Ortiz en su camino a Cooperstown

Aquilino Rosario Báez

.-El dominicano David Ortiz será elegible para el Salón de la Fama de Cooperstown en la clase del 2022.

Sus números lo proyectan como el cuarto quisqueyano que llegará a la inmortalidad del béisbol de los Estados Unidos, siguiendo los pasos a Juan Marichal, Pedro Martínez y Vladimir Guerrero, una decisión que tomarán con sus sufragios, los miembros de la Asociación de Escritores de Béisbol de América (BBWAA, por sus siglas en inglés).

Sus estadísticas afirman que tiene un puesto en el nicho de los inmortales del béisbol de Grandes Ligas, pero en su camino, el dominicano tendrá que pasar “dos grandes obstáculos”.

La mayor parte de la carrera de Ortiz, 20 años en las Grandes Ligas, que comenzaron como inicialista con los Mellizos de Minnesota, que lo adquirieron de los Marineros de Seattle, fue como bateador designado.

Ese es un primer escollo y el segundo, su vinculación al uso de esteroide, citado en los resultados de las pruebas por dopaje en MLB en el 2003, pese a que el criollo salió al frente, y que se suponía que esos resultados, fruto de pruebas a muchos peloteros de la actualidad, serían la base para implementar el actual programa antidopaje en Grandes Ligas y que posteriormente serían destruidas.

En la ocasión y en su defensa, el toletero dominicano señaló que “nunca utilicé esteroides a sabiendas y si arrojé positivo en un control antidopaje en 2003, fue por algún suplemento vitamínico que compré legalmente”.

Sus números son excepcionales, su gran defecto fue la defensa, donde no tuvo la oportunidad de mostrar habiliades.

Jugó con Minnesota desde el 1997, cuando asciende a las Grandes Ligas, hasta el 2002. En el 2003 y por recomendación de “su compadre”, Pedro Martínez, es adquirido por Boston hasta el final de su carrera.

El programa antidopaje de Grandes Ligas toma muestra al azar entre los miembros de los 30 equipos en la Liga Nacional y en la Americana.

La elección de Edgar Martínez “es una luz al final del túnel”, a favor del quisqueyano porque ambos desarrollaron su carrera, mayormente “viniendo a batear desde el banco, como bateador designado, regla que solo aplica el béisbol en la Liga Americana.

Martínez se unió a los inmortales en la clase del 2019, junto al también latino Mariano Rivera, lanzador de los Yankees de Nueva York, quien se convirtió en el único en la historia, en ser electo a unanimidad para la inmortalidad en Cooperstown.

Las estadísticas de Ortiz

El quisqueyano, que finalizó su carrera como bateador designado en los Medias Rojas de Boston, además de tiene a su favor su integridad, espíritu deportivo y un carácter de contribución al equipo”, más una labor altruista que desarrolla por medio de su fundación, donde cada año son operados del corazon decenas de niños, en la República Dominicana y los Estados Unidos.

Al final de sus 20 años en las Grandes Ligas, terminó con promedio de .286, (2472 hits en 8640 turnos oficiales), 632 dobles, 19 triples y 541 cuadrangulares, con 1768 carreras empujadas.

Sus 54 cuadrangulares y su 117 vueltas remolcadas, valieron para liderar ambos departamentos en la campaña del 2006 con Boston; en el 2005 también fue líder de empujadas con 148 y en su última campaña, 2016, llevó 127 corredores al home para ser el mejor en ese renglón.

En 10 ocasiones pegó 30 o más jonrones; e igualmente 10 veces empujó 100 o más carreras; en el 2016 también fue líder en dobles con 48; en el 2005 y 2006 fue lideró a los bateadores en transferencias recibidas con 119 y 111, lo que habla de su paciencia y buena vista al batear; también líder en slugger con .620 en el 2016.

Sus números son excepcionales, su gran defecto fue la defensa, donde no tuvo la oportunidad de mostrar habiliades.

Diario Libre