Llegamos al 2018 con un PRD renovado

Por Fernando Peña

En término histórico, en termino de aporte al clima de democracia que hoy disfrutamos los dominicanos, en lo cualitativo y cuantitativo es el Partido Revolucionario Dominicano una de las principales fuerzas políticas dominicana, fundamental en el sistema de partido.

El PRD ha atravesado por todas las crisis, todas las a superado, ha predicado siempre la democracia, el titan de la política dominicana, el líder de siempre del partido blanco José Francisco Pena Gomes, lamentablemente no pudo imponer el relanzamiento político del partido, la actualización y modernización del mismo.

Una tarea que quedó pendiente y que sus discípulos, encabezado por el nuevo líder Miguel Vargas, sorteando todos los inconvenientes y oposición, decidió llevar a cabo en el partido de Pena Gómez, que es igual que decir en el partido del pueblo dominicano.

Ha sido un proceso, como todo proceso de cambio y renovación, doloroso, donde algunos se han marchado por no estar dispuesto a ceder, a someterse a la alternancia necesaria del liderazgo.

Hoy el PRD hace su convención de dirigentes, asume la tarea de cambio de estatutos, de iniciar el proceso de cambio estructural, de sus organismos, de actualizarse acorde a la geopolítica y a un nuevo quehacer político dominicano, que habrá de culminar con ser capaz de generar nuevos dirigentes, donde exhiba una expresión de un liderazgo renovado, sólido y básicamente integrador.

Es que Miguel Vargas tiene una visión clara del papel que un partido político está llamado a jugar en estos tiempos modernos.

El PRD va hacia un proceso de relanzamiento político electoral.

Miguel Vargas lo lleva a estar preparado como partido moderno para asumir el relevo, en una combinación de lo nuevo y lo viejo con suficiente experiencia y talento para tener un partido de calidades y de cantidad porque está enraizado en cada familia dominicana.

Miguel Vargas le proyectó eso, y la decisión, el coraje y la determinación de tomar las decisiones necesarias, de ser un partido de Poder verdadero.

De ahora en adelante no habrá los desafíos internos desbocado, indisciplinados, pero mucho menos las actitudes excluyentes, siempre que se sometan a sus estatutos, a su disciplina y a la línea política que ha trazado el partido.

Se acabaron los bravucones. La gente, los perredeistas no quieren eso.

La gente ya no quiere demagogia.

 Quiere hechos no palabras, pragmatismo no inercia.

 La gente no quiere mentiras, Miguel Vargas asume el PRD, su liderazgo con el nuevo proyecto, conciliador, congruente, concertador, luchador, respetuoso de la nueva vida política en la que vivimos.

Atrás quedaron las pugnas internas; el odio y el rencor entre sus militantes y dirigentes.

Miguel Vargas cambio la imagen al interior y al exterior del PRD.

Los ha ensenado a ser francos, sinceros, sencillos, así construye paso a paso un nuevo concepto de dirigentes con valores y decisiones, pero sobre todo sin temor a la evolución y al cambio.

¡El 2018 es decisivo para el PRD y su consolidación definitiva y definitoria!