José Alfredo Espinal
La mayoría de los funcionarios del Gobierno en Santiago deberían repetir.
SANTIAGO, RD.- El primer año de gobierno fue difícil, no solo para el presidente Luis Abinader, sino para el resto de sus funcionarios. El cambio esperado, a lo mejor, pudo haber sido otro si no hubiera existido la pandemia del covid-19 y las crisis que el país venía arrastrando desde hace décadas.
Los funcionarios de la gestión administrativa del PRM, en su mayoría, hicieron un gran esfuerzo para sobrellevar una carga tan pesada. Los servidores públicos de Santiago no escaparon a esa realidad.
Los ruidos que pudieron aparecer en la ciudad corazón con respecto a algún funcionario público se produjeron por momentos, situaciones imprevistas que fueron resueltas casi de inmediato.
¿Pudieron haberlo hecho mejor?, claro que sí. Siempre las cosas pueden mejorar, pero en esta ocasión todos tienen la excusa válida. El coronavirus.
Ojalá el cambio prometido por el PRM y el presidente Abinader pueda concretizarse a partir de su segundo año de mandato, tal como dijo recientemente el obispo auxiliar de la arquidiócesis de Santiago, monseñor Tomás Morel Diplán.
El pueblo es sabio y reconoce que gobernar en medio de una pandemia no es sencillo. Por más críticas que haga la oposición política, en el país hay una realidad que también ha sido la causante de la debacle económica mundial, como es el covid-19.
El presidente Abinader y gran parte de sus funcionarios están llenos de buenas intenciones; de eso no hay dudas. Sin embargo, una vez superada la crisis sanitaria y un resurgimiento de la economía, la gente quiere palpar más aún, ese bienestar prometido.
Oremos por superar el impacto del covid y por la sapiencia de nuestras autoridades. Echar el país hacia adelante y colaborar con nuestras autoridades en momentos difíciles es un compromiso de todos.