La muerte de un fenómeno, Mantequilla Nápoles…

Por Domingo Hernández
Ayer, llegó desde México vía agencias noticiosas internacionales, la triste noticia sobre el fallecimiento del púgil cubano, nacionalizado mexicano, José Ángel -Mantequilla-Nápoles.
Nápoles falleció a los 79 años de edad, víctima de diabetes y comienzo del Mal de Alzheimer, tras batallar arduamente por buen tiempo  con ambas enfermedades, según informes.
Su muerte enluta el boxeo mundial y deja a este deporte sin uno de sus más grandes exponentes.
Nápoles, un verdadero fenómeno con guantes, dotado de un exquisito boxeo, gran maestría defensiva y devastadora pegada, logró en México, su patria por adopción, lo que no alcanzó en su país de origen, una idolatría y popularidad impresionantes durante toda   su ilustre carrera, que comprendió 17 años de intensa actividad pugilística.
Llegó a tierra azteca a principios de los años 60s,a raíz del triunfo de la revolución cubana y desde allí, enfiló proa hacia la cumbre y el éxito pugilistico, de la mano de su entonces apoderado, el también cubano,el periodista Cuco Conde, ya fallecido.
«Mantequilla» nació el 13 de abril de 1940, debutó como boxeador profesional en su natal Cuba el 2 de agosto de 1958 se mudó a México comenzando la década de los años 60.
Se consagró campeón del mundo tras vencer por nocaut en 13 asaltos al entonces monarca, el norteamericano Curtis Cokes, el 18 de abril de 1969, en el Forum de Inglewood, California.
A partir de ahí, estableció una férrea dictadura como monarca de las 147 libras, al vencer a retadores de la talla de:Emile Griffith, otra leyenda nativo de Islas Vírgenes,los norteamericanos Ernie López y Hedgemon Lewis, el canadiense Clyde Gray, el francés Roger Menetrey y el mexicano  Armando Muñiz.
Además, el estadounidense Adolph Pruitt, el francés Ralph Charles y el argentino Horacio Saldano, entre otros.
En su primera etapa como campeón, perdió sorpresivamente el trono ante el estadounidense Billy Backus, a quien noqueó espectacularmente en la revancha para reconquistar la diadema.
En dos períodos como campeón del mundo, entre 1969 y 1975, Nápoles realizó 13  defensas exitosas de la corona avalada por la Asociación Mundial de Boxeo y el Consejo Mundial de Boxeo, únicos organismos existentes para la época.
Frente a Monzón…
Una de sus peleas más recordadas, aunque paradógicamente con saldo negativo, fue la que hizo frente al argentino Carlos Monzón, otra leyenda  del boxeo latinoamericano, el 9 de febrero de 1974, en Paris, Francia, cuando le disputó el campeonato mundial de los medianos.
En aquella ocasión, Nápoles trataba de convertirse en doble monarca mundial en pesos diferentes. Sin embargo, sucumbió por nocaut en seis asaltos -no salió a pelear el séptimo-.
Paseó su señorío como campeón por los más grandes escenarios del boxeo mundial, dejando a su paso una impronta de calidad superba, que lo convirtió en uno de los más extraordinarios boxeadores de todos los tiempos en la competitiva categoría welter. A su retiro, tras perder el campeonato sorpresivamente ante el inglés John Stracey, su marca quedó en 81 victorias, apenas siete derrotas, con 54 nocauts propinados.
En 1990, fue merecidamente exaltado al Salón de la Fama del Boxeo Internacional, con sede en Canastota, Nueva York. !Descance en Paz este campeón eterno! PARA QUE LO APRENDAS O LO RECUERDES: A propósito de Nápoles, es oportuno decir que éste debutó como profesional el 2 de agosto del citado año más arriba, al vencer por nocaut en el mismo primer asalto a su compatriota Julio Rojas. !Suena la campana! !Climmp!