La mala fe podría triunfar al principio, pero no se mantiene

José Alfredo Espinal

Caribbean Digital

SANTIAGO, RD.– Una y otra vez se escucha decir a alguien que es  o ha sido víctima de la calumnia, del chisme y de la terrible mentira.

Como pan nuestro de cada día, mucha gente acude a este método, no solo para degradar a otros, sino para usurpar sus funciones de manera vil.

Foto ilustrada. Cortesía Google.
Foto ilustrada. Cortesía Google.

Aquel que sufre la humillación, sin embargo,  se recupera como el ave fénix. Pero aquel que comete la injuria contra él, es pues, víctima de su propia conciencia, mientras todo se le consume como por arte de magia.

Son lobos feroces vestidos de seres humanos. Hombres y mujeres que venden la imagen de humildad, de ser buena gente, pero no tan en el fondo, son los que tratan de envenenarle el sueño a otro de su semejante.

Con frecuencia las personas que viven haciendo perversidades  no triunfan en la vida. Aparentan ser felices mostrando sonrisas a flor de labios y abrazos estremecedores, algo que no sienten, porque en verdad no lo viven su corazón.

Mas que guardar odio y rencor por ese tipo de personas debemos amarlas y manifestarles, sin hipocresía, el aprecio verdadero que sentimos hacia ellas.

En lo particular, he sido víctima de todo tipo de artimañas confabuladas.

Soy de lo que creo, sin embargo, que si Dios permite que me arrebaten algo bueno, es porque me tiene cosas mejores.

Así lo pienso, así lo creo.

Es por eso y por muchísimas razones mas que no importa  lo que pase en mica vida, no importa lo que intenten, lo han hecho o lo que quieran hacer, porque creo y he hecho mío este mensaje bíblico.

“Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces”. Jeremías, 33:3.