Redacción/Caribbean Digital

SANTIAGO.- Para el Año Nuevo, la Iglesia Católica aspira tener una
sociedad dominicana con seguridad ciudadana, transparencia y pulcritud
en la administración pública, seguridad social sin exclusiones, así
como un crecimiento económico que pueda ser reflejado en todos los
sectores del país.
Considera que la economía del país no sólo puede crecer en los
informes de las entidades financieras nacionales y extranjeras, sino
que esa bonanza pueda palparse en el barrio más bullicioso y en el
campo más apartado de la montaña olvidada.
En el editorial “Podemos”, del semanario Camino, la Iglesia Católica
planteó que confía que en el 2011 haya una seguridad ciudadana en
donde desaparezca por siempre la complicidad de policías y militares
en el diabólico negocio del narcotráfico que atrofia y convierte en
guiñapos humanos a miles de jóvenes.
Asimismo, aboga porque una administración pública pulcra y
transparente en la cual los escándalos de corrupción no sean tapados
con la indiferencia o la desidia de quienes tienen en sus manos el
deber de frenar estas inconductas.
“Con una seguridad social sin exclusiones, que permita a cada
ciudadano vivir sin el temor de llegar a una vejez sin protección”,
añade el editorial del semanario.
“Deseamos que todos los que amamos este pueblo, noble y generoso, nos
unamos, dejando atrás intereses personales y grupales y así forjemos
la patria por la que tantos hombres y mujeres se han sacrificado en
busca del bien común. Que el Dios de la vida nos ayude a tener el
mejor año de la historia. Feliz 2011”, subraya.
A juicio de la Iglesia Católica, el Año Nuevo abre las puertas de las
ilusiones y esperanzas, como agua de manantial fluyen las metas y
proyectos que transitarán por los rieles de los meses por vivir.
“Nos llenamos de optimismo y el espíritu se fortalece para encarar los
desafíos que nos presente la vida. Que bueno fuera que esta actitud se
mantuviera siempre. Que nada nos haga retroceder hacia un pasado lleno
de cansancio y hastío”, expresó.
Pidió a Dios las fuerzas necesarias para ser entes positivos, y así
construir bases sólidas familiares y comunitarias que sirvan de
soporte al edificio social que soñamos, pintado por los colores de la
justicia, el trabajo, la honradez, la solidaridad y hermandad.